Autoritarismo político y desorganización económica

0
Compartir

A medida que pasan los días, los problemas del campo no se resuelven y el Gobierno apela a lo que sabe la amenaza permanente. Esta vez con la ley de abastecimiento. Con la intención de secuestrar animales por la fuerza. Contrariando las pautas del mercado el Gobierno pretende que lo que vale 4 en un lado se venda a 2 en otro. Quiere vencer la ley de gravedad. Un absurdo. Pero las cosas no terminan ahí. Por el contrario, ahora amenaza perseguir judicialmente a  De Angeli el productor del agro quien hablando claro y simple dice las cosas como son: que el agro no cree en el Gobierno, que no hay Federalismo y que las políticas integrales no aparecen. ¿Qué es lo que pasa entonces?

 Por lo menos cinco cosas parecen suceder.
 Primero se empieza a sospechar que quien manda en Argentina no es la Presidenta sino su esposo. No puede ser de otra manera porque el discurso de la Sra Cristina Fernandez sobre la cadena de valor, la productividad, los ciclos internacionales, el aumento de los saldos exportables etc es perfecto. Sin embargo, lo que se hace niega todo lo que se dice. Una de dos, o la presidenta sufre de una personalidad dividida o aquí esta la mano de su esposo por detrás.
 Segundo si la primera hipótesis fuera válida entonces todo indica que el ex Presidente Kirchner quiere quebrarle el espinazo al campo y dejarlo como un crucificado más en el circo Romano de Argentina.  Lo que se busca aquí no es conciliar intereses sino simplemente vencer y humillar al campo.
 Tercero desgastar y quebrar al campo es apenas un medio para disciplinar a quien quiera rebelarse en el futuro. La cuestión no es resolver este conflicto sino crear condiciones políticas de dominación para que nadie se atreva a contestar al matrimonio en el poder.
 Cuarto Todo indica  en consecuencia que la negociación en marcha no dará resultados pues el objetivo no es el ordenamiento racional de la economía sino la subordinación política del sector que ha venido salvando a la Argentina.
 Quinto que si estos cuatro puntos son ciertos el conflicto en poco tiempo será inevitable.
 El error estratégico del Gobierno sin embargo, no es apenas el querer ser un Mini-Chavez sin petróleo. El error es no darse cuenta que el conflicto con el campo es un caso testigo que definirá las expectativas futuras en un escenario de alta fragilidad.
 Esto es así, dado un contexto donde el Gobierno ha elevado el gasto público ilimitadamente. Donde ha creado inflación descontrolada. Donde ha afectado los precios relativos. Donde ha potenciado la pobreza porque los mayores aumentos son en alimentos que consumen las personas con menores ingresos. Finalmente y lo que es peor, donde al eliminar la ventaja que daba el dólar alto para la exportación por la inflación en vez de bajar impuestos para neutralizar la pérdida de competitividad los eleva hasta la confiscación.
 En ese contexto cualquier aprendiz de economía se da cuenta que caminamos hacia problemas inevitables. Que esto termina mal y que estamos cada vez más cerca de la desorganización económica que de las soluciones. La prueba está al canto. Los bonos se derrumban, el capital extranjero se aleja cada vez más y el gobierno que se jactaba de estar lleno de reservas busca renegociar deuda afuera porque los vencimientos que se vienen para el país aislado en el mundo serán difíciles de pagar.  Ya no hay dudas. Detrás de la elegancia del vestuario presidencial hay autoritarismo político, desorganización económica y la destrucción de la república federal. Esto indica que Argentina en el nombre de la calidad institucional ha iniciado un penoso camino hacia un despotismo  indeseable.
 
 
 
Dr Roberto Tafani

Commentarios

commentarios

Compartir