La ciencia ha avanzado tanto que cada día vemos cosas que hace un tiempo atrás ni lo hubiésemos soñado. El radio-reloj-teléfono de Dick Tracy, es una realidad. Los teléfonos celulares se han transformado en un vicio. Quien no lo tiene, ni siquiera es. Pero hay una durísima batalla entre esos aparatitos y el idioma. Veamos.
Tenemos 27 letras en el abecedario, pero solo 10 números en el teclado reducido. Allí tenemos que para poder escribir la letra S, debemos digital la tecla 7 solo 4 veces. También por la tremenda necesidad y urgencia de enviar los mensajes, vamos modificando las palabras. Ya el «Que» se transformo en Ke o K. La interrogación «Por Qué» se transformo en X. Y así cientos de palabras. Se va transformando lentamente el rico idioma castellano en simples números, dígitos e impulsos.
Entonces colaboremos y «tiremos» una idea. Comencemos por las consonantes. ¿Para qué tenemos la B si esta la V ? Eso es duplicación de sonidos. Borremos una de ellas. La C , es casi igual a la Q , eliminemos una. La D , F, se pueden dejar. La G se superpone con la J , eliminemos una. La H es de borrado inmediato, no suena y solo da faltas de ortografía. La K , es extrajera, afuera. La L , pasaría. La M , es casi igual a la N y a la Ñ, dos se eliminan. La P , R, podrían quedar. La S es parecida a la Z , fuera una. La T puede quedar. La W es prestada de otro idioma, lo mismo que la X , borradas. Las vocales «arman» las otras letras, entonces ¿para qué las queremos? incluida la Y.
Así nos quedamos con solo 11 letras. Deberíamos eliminar una mas, para digitar las teclas que son las existentes en los teléfonos. ¿Probamos un nuevo idioma? Pero ¿qué hacemos con las maestras de lengua? Por las faltas de ortografía que tienen los chicos, es igual. Ampliemos el teclado y no perjudiquemos el idioma.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto