Los jóvenes y los economistas

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El papel de los jóvenes ha sido central en la derrota del Presidente Venezolano para lograr la reelección indefinida. Los jóvenes son un potencial ilimitado. Lo que desvela a los economistas según Diane Coyle, sin embargo, es que ellos no se comportan como la teoría dice que deberían hacerlo. En otras palabras, los jóvenes no son ni ignorantes ni carecen de criterio. Solamente ocurre que a muchos de ellos les gusta asumir riesgos. Ellos saben que más de la mitad del contagio de SIDA se da entre los jóvenes, que manejar sin casco motocicletas mata muchos de ellos y que dos terceras partes de las muertes adolescescentes son por causas externas, como violencia, accidentes, suicidios. ¿Por qué entonces si saben lo que les conviene corren riesgos en forma intencional?. ¿Por qué si saben que sexo sin protección puede terminar en embarazo no deseado o que el tabaco mata insisten en su comportamiento arriesgado?.

a) Extremos tomadores de riesgos

 Los economistas atan su ciencia a la elección racional y no consiguen explicarlo. La ciencia sostiene que dada la información disponible, la gente preferirá comportarse de una manera que promueva sus intereses propios. Las personas actúan para maximizar la utilidad esperada. Optan por la elección lógica. Si bien muchas veces se hacen cosas inesperadas por los modelos de la economía, la racionalidad humana debe conducir a que cada persona determine sus preferencias. Este individualismo metodológico maximizador del bienestar propio sin embargo, se derrumba porque los jóvenes parecen ser extremos tomadores de riesgo. Desafían los supuestos de la teoría y muestran como el análisis económico no funciona en muchas facetas del comportamiento humano.
 

 

b) Vulnerables e incoherentes como todos

Adicionalmente los estudios psicológicos sugieren que los jóvenes y los adultos son parecidos en las actitudes sobre efectos futuros de sus opciones, calculan los riesgos de la misma forma, no se sienten invulnerables más que cualquier adulto. Los datos sobre una investigación en Chubut por ejemplo muestran que los jóvenes le temen tanto a la muerte, la soledad y la violencia como cualquiera de nosotros ¿entonces porque toman tanto riesgo, porque la diferencia con los adultos parece ser la preferencia por el riesgo? ¿Se trata apenas de que están tratando de dar forma a su identidad independiente a cualquier costo?. ¿O será en todo caso que los jóvenes están  a la deriva como los adultos surfean en su propia crisis?

Hay quienes piensan que el problema es la falta de autocontrol antes que una mala evaluación de los riesgos. Otros sugieren que las personas tienen preferencias incoherentes en el tiempo. La opción sobre lo que se prefiere entre hoy, y el futuro será distinta cuando ese futuro llegue. Hay adultos que vivieron reprimidamente para luego cuando supuestamente deberían tener sociego comportarse en formas francamente inesperadas. Es como no usar minifalda en la adolescencia y usar escotes provocativos a los 70!!. Es aquella persona que dice “con el dinero debo comportarme como si la vida fuera eterna y en los afectos como si fuera a terminar mañana”. Sin embargo cuando el futuro llega, tiran los afectos y malgastan estupidamente el dinero que no aprovecharon mejor cuando debieron. 

 Hay una tercera explicación adicional. El sesgo de previsión.  La gente no consigue ver con claridad como se sentirá con distintas opciones en el futuro. Cuando se es joven no parece atractivo pensar en empleo seguro o en una vida tranquila como a los 60. En el límite, como dice Coyle, el suicidio es un ejemplo de una incapacidad de predecir el bienestar futuro. “Una incapacidad de creer que será posible sentirse mejor en el futuro de lo que uno se siente en el momento actual”.
 
La evidencia empírica sugiere finalmente varias cosas más además de la preferencia  por la gratificación inmediata y la dificultad de predecir cuales serán sus preferencias en el futuro. Los jóvenes requieren no un zojuzgamiento prejuicioso sino una fuerte relación vincular. Dos terceras partes de ellos requieren de su padre comprensión y no gritos, que los quieran y que sean buenos con ellos. Otra tercera parte que los ayuden, les den consejos y los escuchen. El gráfico siguiente con evidencia desde una Provincia Argentina sugiere que los datos tal vez hablen más del problema de los adultos que de los jóvenes. En todo caso las herramientas de la economía no parecen tener la flexibilidad suficiente para dar cuenta de tanto componente relacional más allá de estos seres axiomaticos caracterizados como maximizadores racionales

Dr Roberto Tafani

 

 

 

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