La obesidad y las promesas de soluciones fáciles

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Sin duda en estos últimos 20 años el incesante aumento en el índice de obesidad se vio disminuidos por los incesantes, indiscriminados y embaucadores aumentos en los tratamientos para combatirla.

 Las ofertas en el mercado son múltiples y hasta se dirían que alguna de ellas ya no solo no tienen ningún tipo de rigor científico (casi ninguna lo tiene) sino que ni si quiera tienen un dejo de seriedad, transformando a esta patología, muy seria por cierto, en una realidad comercial de un alto valor económico pero de una escasa protección no solo legal sino que también moral.

 Utilicemos la siguiente metáfora, Juan no tiene casa entonces comienza a construirla, pero como no tiene muchas ganas de esforzarse, se levanta una mañana y posa sobre un ladrillo un grano de cereal, con la ilusión de levantarse al otro día y ver su casa construyéndose sola. Como eso no le dio resultado decide regar el ladrillo con agua magnetizada, eso además hará que la casa no solo se haga sola sino que además no tenga ni problemas de humedad, ni de grietas es mas hasta se construye pintadita.
 Obviamente Juan no ve resultados, se cruza con un albañil que le advierte que de esa manera jamás tendría una casa, y se ofreció ayudarlo día a día, ladrillo a ladrillo y que al cabo de uno o dos años de mucho sacrificio tendría el resultado que estaba necesitando, Juan lo duda un poco y cuando se esta por decidir aparece otro albañil que le dice que en tres meses la casa estaría lista, así que se pone en acción, total es un esfuerzo corto y los resultados son rápidos, es mas por ahí hasta recibe alguna ayuda de algún grupo o algún medicamento nuevo para tener mas ganas de trabajar y menos ganas de dormir. Comienza a poner ladrillo sobre ladrillo, pero le dicen que no hace falta cimientos, es mas ni cemento les pone, así día a día con muchas restricciones, ya que no asiste a reuniones ni eventos para no perder tiempo, llega la hora de poner el techo en un tiempo record, en ese instante la casa se destruye por completo, y el segundo albañil solo se limita a decirle de que no fue constante.
Apesadumbrado, Juan mirando que ya no solo no tenía una casa sino que además debía sacar los escombros acumulados decide acudir al primer albañil quien ahora le recuerda que el tiempo será mas largo, que muchos materiales están destruidos pero que siempre hay una segunda oportunidad para lograr el objetivo de la única manera que se puede, con esfuerzo, sacrificios y criterio técnico.
Creo que esta metáfora esta mas que clara, y lo estará cada vez mas cuando muchos de los supuestos tratamientos exitosos basados solo en una arista de la enfermedad, comiencen a demostrar su fracaso. Ya hay grandes estudios donde demuestran que dietas restrictivas, medicación anorexígena, cirugías mutilantes, y soluciones mágicas no hacen mas que derrumbar y retrasar la recuperación de un estado al cual se llega con años de desordenes en la conductas (sedentarismo por sobre todas las cosas), y del cual no se sale de un día para el otro, ni contemplándolo desde una sola disciplina sino que hay que revertirlo con esfuerzo, dedicación pero principalmente con CRITERIOS CIENTÍFICOS, INTER DISCIPLINARIDAD Y por sobre todas las cosas HUMANIDAD.
   
Dr. Fabio Cittá
Médico especializado en Actividad Física Para la Salud
Director de CIReM
Jefe del Área Médica de FUNDEMUR
MP: 30113/4
cittafabio@arnet.com.ar

 

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