Sobre los medicamentos

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1) Primera Síntesis

En todas las épocas los hombres han luchado para preservar el dolor y la enfermedad, la conservación de la salud y la vida. Ya en la edad antigua, comienza el conocimiento sobre los principios curativos de las plantas y los minerales, y el estudio de los venenos y contravenenos.
Durante el medioevo surge la alquimia, precursora de la química, y la búsqueda del “elixir de la larga vida y la fuente de la juventud eterna”.
Recién a principios del siglo XIX, se comienzan a aislar los principios activos de las plantas, y en 1828, ocurre una conmoción en el campo de la química: por primera vez un químico, y sin proponérselo, sintetiza un compuesto, que hasta ese momento, sólo lo había fabricado el organismo de los mamíferos, “la urea”, esto quiere decir, nada más ni nada menos, que “se puede copiar a Dios”, se puede reproducir a la naturaleza. Este descubrimiento dará lugar a la síntesis de más de medio millón de nuevas moléculas, dentro de las restricciones que imponen las leyes de la física y de la química
A partir de allí, el sueño de todo químico, consiste en crear una molécula curativa, con mejor índice de seguridad terapéutica, y menos efectos adversos que los que la naturaleza ofrece, que se pueda fabricar masivamente y el proceso sea sencillo y de bajo costo. Se puede citar como ejemplo los anticolinérgicos sintéticos en lugar de la atropina, los anestésicos locales que sustituyeron a la cocaína, y los hipnoanalgésicos sucedáneos de la morfina. En todos los casos, la molécula no es igual, pero tiene propiedades farmacológicas similares y es mucho menos tóxica.

2) Química y  Capitalismo

La revolución terapéutica nació, de la unión entre las fuerzas creativas, del capitalismo y de la química, y no de la ciencia médica.
Constituyéndose, hoy en día, la Industria Farmacéutica,  en la joya de la corona capitalista, sobre todo en Estados Unidos, siendo por lejos la industria más rentable.
Cada vez que aparece una nueva enfermedad, ¿Hacia dónde se mira? ¿Al médico? No! A la molécula que la ha de curar. El médico solo la ha de prescribir.
La industria farmacéutica es una economía de invención y no de reproducción. Los costos de investigación y desarrollo (I+D) son muy elevados, y cada vez van en aumento, mientras que los de fabricación son relativamente bajos. El precio de los medicamentos se calcula en función del costo de los estudios, preclínicos y clínicos, y la ganancia que el industrial hubiera obtenido si hubiera invertido su capital en otro campo de la investigación y desarrollo. La puesta a punto de la molécula puede durar años. Los ensayos clínicos controlados para que se convierta en medicamento, constan de varias etapas, deben medir, entre otros parámetros, la tolerancia a la droga, relación riesgo / beneficio y efectos adversos, duran en total alrededor de 120 días, y cada vez son necesarios más voluntarios (cobayos humanos) para llevarlas a cabo, ello es lo que eleva el costo.

3) Desarrollo y Expectativa de Vida

El logro en el siglo XX, con el aumento de la expectativa de vida correlativo al grado de desarrollo de los países, (África Sub-Sahariana continúa rezagada) no debe opacar que ello se debió también a la lucha contra las enfermedades infecciosas. Por un lado, debido a las vacunas, donde hay que resaltar que Jenner había dado el puntapié inicial en el siglo XVIII con la antivariólica. Por el otro, en 1935 aparecen las sulfamidas, como precursores de los antibióticos. A partir de 1940, la penicilina es probada en los campos de batalla de la segunda Guerra Mundial. En 1943 se conoce la estreptomicina y, a posteriori, todos los modernos antibióticos. Cabe acotar aquí, que en los países del primer mundo hoy las enfermedades infecciosas son responsables sólo del 4% de las muertes, mientras que en el mundo en desarrollo todavía ocasionan el 40% de las mismas.

 

El éxito terapéutico no fue el mismo con las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las psiquiátricas o la artritis reumatoide. En el campo de los esteroides, en 1949, se sintetiza la cortisona, usada en procesos inflamatorios agudos, alergias, transplantes, entre otros, pero luego se conocieron sus efectos deletéreos y hubo que limitar su uso. En 1961, después de 40 años de estudio, surge el primer anticonceptivo hormonal.

4) Patentes, Ganancias y Genéricos

En la actualidad, no están apareciendo muchas nuevas moléculas, por lo que si los medicamentos útiles envejecen (se les vence la patente) y no son reemplazados, habrá más genéricos que patentados y las ganancias de los laboratorios podrían bajar a la mitad.
Ante esta situación, en 1990 se planteó la necesidad de integrar la química a la biología molecular. Se intentaba identificar las causas de una patología y luego crear la molécula perfecta que la pudiera curar, minimizando efectos indeseables y el costo de los estudios clínicos. Hasta entonces, los medicamentos se habían inventado al revés, investigando la acción sobre la patología, y no desde la causa de la misma.
 
5) Química Combinatoria

Con el advenimiento de la informática, se crean software que permiten armar modelos tridimensionales, donde aparece el receptor celular de un color y la molécula en estudio en otro. Ello autoriza a realizar un screening con todas las moléculas conocidas y probarlas en distintos receptores. Así, por ejemplo, se encontraron compuestos antiulcerosos que eran derivados de anestésicos locales. Surge aquí la química combinatoria, donde un robot puede testificar 6000 compuestos por día en un blanco biológico. En el cuerpo humano se pueden identificar unos 400 blancos biológicos con lo cual esto minimiza los ensayos clínicos.

Como último recurso asoma la genética, que promete conocer la causa última de la enfermedad y las herramientas para conocer dicha causa. El proyecto de la terapia génica es insertar en el genoma, un gen sano, que reemplace al detectado como deficiente, aunque todavía quedan muchas cuestiones por aclarar.

Se admitiría así, que todas las enfermedades no microbianas, tendrían un origen genético, existiendo una influencia de las condiciones de vida. El impacto sobre las conepciones evolutivas del hombre son en todo caso impactantes. Esta teoría asumiría que el hombre fue hecho con lógica, y no en forma imprevista a través de una historia evolutiva de variaciones aleatorias múltiples. Con las técnicas transgénicas se promete curar entre otras patologías, la hipertensión arterial, la inmunodeficiencia, la fibrosis quística, la hipercolesterolemia familiar, la distrofia muscular, la aterosclerosis, el cáncer de pulmón, y todas aquellas en que se pueda descubrir el gen causante de la misma.

No cabe entonces, duda alguna, que la química ha realizado aportes enormes a la humanidad. La paradoja sin embargo resulta ser que aún con todos estos avances, millones de personas en el mundo en desarrollo siguen muriendo de desnutrición, enfermedades infecciosas y complicaciones en el parto. La ciencia hizo lo suyo, pero la organización de los sistemas sociales no la ponen al servicio de valores más altruistas y solidarios. Las diferencias en salud entre los ricos y los pobres son evitables e injustas pero todavía las iniciativas de los gobiernos no dan el resultado esperado.

Nuri Gaspio

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