Delia Petrona Ríos dudó desde el principio de un familiar y del «Mendocino» Vega, como presuntos autores del engaño y el intento de prostitución. Ayer, el jefe de Juveniles complicó a los acusados.
Delia: «Mi hija está en Río Cuarto y estamos mal. No es poco lo que nos han hecho»
En la segunda audiencia del juicio por el intento de prostitución de Daniela Rodriguez – la menor de 16 años que fue engañada por dos sujetos que la trasladaron a Mendoza y que luego quisieron venderla a un prostíbulo por 3 mil pesos – declara Delia Petrona Ríos, madre de la víctima.
La menor denunció que fue secuestrada por Luisa Bravo y su cómplice, Alejandro «el mendocino» Vega, quienes habrían intentado venderla por 3 mil pesos a un prostíbulo de Mendoza. Ambos están imputados de facilitación de prostitución de menores.
Delia confirmó que su hija estaba embarazada cuando se la llevaron y que ahora es mamá de un varón de 3 meses.
«Tuvo un bebé pero eso no fue motivo de ninguna discusión familiar. A mi me la sacaron», manifestó
La mujer consideró que «Bravo y Vega son culpables de acá a la China».
«Mi hija está en Río Cuarto y estamos mal. No es poco lo que nos han hecho», agregó.
Por su parte, la hija de Bravo manifestó a Telediario que mantenían una buena relación y que se fue «porque quiso».
«Me cae mal todo lo que pasa porque no es cierto. Yo soy madre y no me gustaría que a mis hijos le pase algo como esto», expresó.
Primera audiencia
Ayer comenzó el proceso judicial en la Cámara Primera del Crimen que tuvo la declaratoria del comisaro Hugo Guzzetta, jefe de la División Juveniles de la Policía.
«Ella fue a San Luis con una tía, allí estuvieron unos días y luego se fue con otro hombre a Mendoza. Luego decidió marcharse y refugiarse en la vivienda de otra familia. Podría haber sido engañada para ejercer la prostitución», manifestó Guzzetta a Telediario.
El jefe policial admitió que «alguien del entorno familiar le propuso venderla y ella se negó».
La defensa
Para el abogado defensor de Bravo, el doctor René Bossio, no hay elementos de prueba en contra de los imputados. «Hay muchas cosas que no cierran. Estuvo 20 días sola en Mendoza y nunca concurrió a la Policía. Es muy raro que no hayan tomado contacto con nadie. Ella se fue con mis defendidos porque no quería estar más en la casa, no la obligaron», subrayó.
Por su parte, el doctor Carlos Mastrángelo, defensor de Vega, ratificó que «no hay pruebas en la acusación» y agregó que «la menor se quería ir porque el padre la golpeaba».
Las pericias
Las pericias psiquiátricas señalaron que la joven de 16 años no mintió en su relato, por lo que el fiscal Walter Guzmán decidió elevar a juicio la causa.
El informe determinó que la adolescente «fue puesta en cautiverio para intentar prostituirla, que la quisieron vender y que logró escapar».
Daniela, la menor que había desaparecido desde el pasado 2 de enero, fue engañada con unas presuntas vacaciones con el objetivo de trasladada a Mendoza y luego intentaron prostituirla.
Los presuntos autores de la operación delictiva están detenidos en la Unidad Penitenciaria Número 6.
El hallazgo
Daniela fue hallada en una vivienda de Las Heras, donde recibió alojamiento tras huir de los delincuentes que intentaban involucrarla con el negocio del sexo de menores.
La joven, que era intensamente buscada por la Policía y su familia, logró la contención de una familia que se comunicó con la madre de Daniela.
La joven fue encontrada en “buenas condiciones físicas” en la casa de una familia y junto a un supuesto novio.
La menor fue traslada en un vehículo en el que viajaban Bravo, una mujer ligada al mundo de la prostitución que fue imputada por el fiscal que investiga en la causa, y su pareja, de apellido Vega, quien es conocido como el “mendocino”.
Bravo, quien vive a pocas cuadras de Daniela en el barrio San Cayetano, había declarado que llevó a la niña a Mendoza y que luego la dejó en el centro de la ciudad.
La madre de Daniela, Delia Petrona Ríos, pocas horas después de la desaparición de su hija apuntó a Bravo como la posible raptora.
La menor fue buscada en diversos prostíbulos de Mendoza y de localidad cercanas a la región y desde un principio se vinculó su desaparición con el comercio sexual de menores.