Otro año sin educación sexual

0
Compartir

La Ley 26150, corresponde al Programa de Educación Sexual Integral, cuya sanción se efectuó hace un año y se promulgó el 23 de octubre del año 2006. La intención esencial de la misma es incorporar desde el nivel inicial hasta la secundaria, conocimientos integrales pertinentes a la sexualidad del ser humano.

La Ley presenta una matriz básica para todas las escuelas del país, poniendo el acento en una activa participación de padres y ONGs. A partir de esa matriz cada institución, según su proyecto educativo, tiene la libertad de adaptar su programa de acuerdo a la cultura y ideario de esa institución; no olvidemos que tenemos colegios religiosos con su propia identidad, como los que pertenecen a la comunidad católica, judía, protestante, musulmana, etc.
Desde el punto de vista de la  realidad de hoy, sabemos que los niños y jóvenes tienen mas información sobre sexualidad, por la TV y los medios de comunicaciones tecnológicos a su alcance, que los provenientes de la escuela. Y son estos mismos jóvenes quienes presionaron, indirectamente, a los adultos padres, docentes y autoridades a definir conceptual y ordenadamente sobre esta ríspida temática. La Ley, a mi parecer, es una respuesta a estas inquietudes juveniles; y estos mismos jóvenes expresaron su satisfacción por la sanción de la misma, ya que para ellos, sobre todo los adolescentes, les ordenaría y clarificaría los conocimientos dándole herramientas para la toma de decisiones correctas.
La Ley está prevista para comenzar en el próximo año 2008 y gradualmente ir aumentando los contenidos para completarlo en cuatro años.
¿Que pasó durante el año transcurrido desde su promulgación?
En primer lugar, hubo cierta resistencia por parte de algunos sectores de la sociedad, por ejemplo algunas entidades de la Iglesia y grupos de padres, que cuestionan algunos contenidos teniendo en cuenta sus dogmas y creencias. Distintos grupos de profesionales han aportado y deben seguir aportando, y algunas corporaciones, como el Colegio de Abogados Católicos de BA, plantean “como una  vulnerabilidad de los derechos de los padres, además de cuestionar la edad de inicio de cinco años. Desde el punto de vista gremial la titular de la UEPC, expresó su conformidad y apoya su implantación.
Pero la demora esencial se debe a la extrema burocracia oficial, que como vemos en muchas partes del mundo, tiene un irritante paso de tortuga en las implementaciones de los proyectos para actualización docente (explícitamente en la Ley), mientras tanto, en una sociedad cada vez mas compleja aparecen nuevas necesidades educativas y se presentan problemas ante acontecimientos no contemplados en la constitución de la Ley. En Río Cuarto, hay pocas instituciones que han decidido dictar talleres o seminarios, no obstante la ley establece una actualización permanente y constante para los docentes, además de gratuita. Recordemos que en la actualidad, los cambios son tan vertiginosos que afectan las subjetividades y provocan la necesidad de nuevas soluciones. Un ejemplo es el avance de nuevas enfermedades ligadas al sexo en la población juvenil, “no se puede seguir discutiendo quien debe dar la información, si los padres o las escuelas, hay que actuar ya” según la ONU; y en esto pareciera que el Estado no tiene prisa.
En definitiva percibo una tendencia de “ausencia” del Estado y un vacío de contenidos pedagógicos que son el producto de los encuentros participativos de las diferentes instituciones convocadas e interesadas.
Pienso que es a partir de estas definiciones, la importancia que le atribuyo a la construcción de un conocimiento sobre la sexualidad consensuado entre los padres y la institución educativa, en la cual se decide incorporar a los hijos. Destaco como fundamental, la participación activa de la familia del alumno en la forma de aplicarla, ya que los primeros interrogantes acerca de la sexualidad nacen en el seno familiar, y para elaborar respuestas adecuadas, esos padres deben estar debidamente informados; esto llevaría a una coherencia de las respuestas entre familia-escuela, evitando así confusiones y falsas interpretaciones.
Tenemos que pensar en una Educación Sexual responsable, ética, sensata, fundada científicamente y respetando las diversidades, lo que expresa una idea esencial: la educación integral. Esto quiere decir, abordar la sexualidad relacionándola con los valores para que se pueda aprender a cuidar y disfrutar. Protegiendo también a los demás, apuntando a lograr una sociedad mejor, mas tolerante, respetuosa y libre, donde la sexualidad se incluya con armonía y equilibrio.

LIC ELENA FARAH

Commentarios

commentarios

Compartir