Oid el ruido de rotas cadenas

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¿Seremos agoreros, tremendistas, memoriosos o simplemente deductivos? Es difícil determinarlo. Tal vez un profesional lo precisaría con exactitud. Pero es que lo hemos visto tantas veces y conocemos las cosas y sus resultados que no darnos cuenta nos transformaría en tontos.

Decimos y cantamos cosas que, tal vez en su oportunidad, fueron ciertas. Pero hoy no lo son. «Oid el ruido de rotas cadenas…» ¿Cómo podremos oírlo con una deuda que nos atenaza de más de 150 mil millones de dólares, juicios a nivel nacional e internacional, reclamos judiciales de jubilados, estafados, victimas de atentados, contratos leoninos firmados con empresas internacionales?
Pero ¿quiénes nos metieron en esto? No lo sabemos y lo ocultamos porque quienes lo hicieron están vivos y en sus bancas. Para poder embargar a alguien, tiene que tener algo. A los jubilados, no de privilegio, tal vez una casita o tapera. Pero a alguien que nos enterró, lo han embargado por 260 millones de pesos, por lo tanto lo tiene. ¿De dónde los obtuvo? Y así, hasta el hartazgo. ¿Es más importante juzgar a varios criminales que mataron, tal vez 8000 personas, que a quienes están matando generaciones enteras?  Pretendemos subir el nivel de océano con un escupitajo. ¡Ilusos!
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto

 

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