Es difícil no creer en los refranes. Sino, veamos este que es tan viejo como el ojal. «Dios los cría y el viento los amontona» Según se analiza, se ajusta perfectamente a los gobernantes. Es que son todos igual, no físicamente sino por lo que dicen y hablan. Pero siempre hay gente que critica sin estudiar los casos. Hagámoslo ahora.
Los políticos en campaña tras el botín de una banca en el Congreso, dicen, prometen, juran y perjuran que harán todo lo que este en sus manos para el bien de los ciudadanos. Cuando los crédulos o los comprados, le dan el poder, se olvidan de lo dicho. Es en ese momento que debemos cuidarnos de imitarlos. Dado que todos reaccionan igual, debemos pensar que se trata de una pandemia de virus o microbios que habitan en ese recinto. A todos los atacan sin distinción de credo o partido.
Los dichos se «caen» por lo que debemos imaginar el trabajo de los empleados de mantenimiento. Cuando los barren ¿adónde depositan tantas palabras y promesas? Es que según Lavoisier «dos cuerpos no pueden ocupar un mismo lugar en el espacio» Entonces ¿dónde han quedado?
Se han volatilizado, eran cosas virtuales, pero nosotros le dimos votos sólidos e impresos con sus rostros. ¿Rostros de qué? Adivine.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto