¿Consideran los políticos la educación?

0
Compartir

En medio de esta escenografía montada por todos los partidos políticos, escuchamos  través de sus discursos, numerosas alternativas para mejorar la crisis política y para así poder lograr un crecimiento sustentable y sólido, que no sea en apariencia. Pero, por mi parte y con algunos educadores, observamos una despreocupación del tema de la educación, la misma pareciera estar ausente en sus programas  y planes a implementar, o por lo menos como prioridad, posición que todos lo toman como una necesidad imperiosa, por ejemplo para combatir la seguridad y la pobreza; ya que a mejor educación, menor exclusión, y por lo tanto menor delincuencia juvenil; y esta es una de las principales preocupaciones ciudadanas.

 ¿Nos representan realmente a través de programas que tienden a dar respuestas a nuestras expectativas?
Sí, es notorio, los gastos desmedidos que algún partido despliega sin ocultarlo a toda la ciudadanía. A mi entender esta ubicada en un rango muy débil en relación a otras problemáticas. Esto produce en quienes apostamos a un crecimiento total e integral, una desesperanza, al no tomar a la educación como el eje principal para lograrlo.
Fundamento lo dicho, al observar otros países que crecieron integralmente y en forma sustantiva, porque priorizaron a la escuela como lugar geográfico donde producir el conocimiento y construir un ciudadanía sana y honesta. Es en las primeras etapas donde se forjan valores y creencias que nos van a acompañar a lo largo de nuestra vida.
No se vislumbra  una primacía en esta temática, sí en cambio todas las miradas de los políticos están dirigidas, hasta ahora en forma teórica, a resolver los problemas coyunturales de nuestra endeble economía. Aparentemente y según estudios realizados esa es la prioridad en la mayoría de los candidatos. N o esta mal, pero en el mismo nivel deberían poner el acento en nuestra postergada y deprimida calidad educativa.
Investigadores consultados opinaron que la falta de protagonismo de la educación no debe tomarse como un dato aislado, sino que debe reflexionarse dentro del contexto actual. «En estas elecciones, lo que define el voto es la mejoría económica en relación con la crisis severísima que hubo, lo cual contribuye a explicar el lugar marginal que ocupa la educación en el debate público», según un matutino nacional. Las propuestas de los tres principales partidos, que absorben las predilecciones del electorado, no difieren en sus ejes estructurales, al no mostrar claramente estrategias y procedimientos claros de cómo llevar a cabo, o postergan sus respuestas. Hay una parte de la sociedad que según una encuesta realizada en septiembre, de 1329 personas encuestadas, sólo para el 5% la educación es el principal problema del país. La lista de asuntos importantes la encabeza la inseguridad, seguida por el desempleo, la inflación, los problemas económicos y la corrupción. Es una visión, a mi entender, muy ligada y dependiente, como lo expresé anteriormente, al capital del conocimiento que se logra solo con la educación. Afianzando la educación, creo yo, es el único camino para comenzar el largo trayecto para lograr solucionar todas las cuestiones cardinales de la lista de prioridades de los actuales candidato
Los analistas políticos marcaron, por un lado, que las campañas electorales se organizan en función de las preferencias que la sociedad determina a algunos temas y, por otro lado, que la sociedad argentina tiene inconvenientes para procesar una agenda de asuntos que se proyecten a largo plazo, como demandan las cuestiones educativas. Son, en cambio y como siempre, los temas ligados con la coyuntura actual los que acaparan el debate.
Una actitud inteligente sería decir, con la estirpe de Fray Luis León, que “la realidad no nos gusta, por eso veamos como la cambiamos paulatinamente, a través de la escondida senda

por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido” .
 Hay que detenerse y considerar, o sea elevarse y contemplar la realidad desde arriba, desde las estrellas, desde el espacio sideral (etimológicamente es lo que significa con-siderar).
Por lo tanto, mi mensaje sería señalarles a los políticos que hay que tener una “visión de campanario”, y que para educar hay que enseñar a través del pensar y reflexionar, esto permitiría a la ciudadanía refugiarse en verdadera realidad, pero no para substituirla, sino para evitar ese infierno condenatorio que es el doble mensaje típico de nuestra política.

LIC ELENA FARAH

Commentarios

commentarios

Compartir