Hay leyes en el Universo que son inamovibles. Las estrellas nacen, brillan en su máximo esplendor, se transforman en agujeros negros, estallan y vuelve el proceso a repetirse por la eternidad. Y esas leyes se aplican a todas las cosas de los sistemas solares e incluso las personas. Crecen, brillan y desaparecen pero no resurgen. Cierta clase de especimenes creen que podrán saltar, violar y/o no cumplir con esa ley. Los políticos, gobernantes y sindicalistas pretenden hacer lo mismo que en esta vida donde ellos son el centro del mundo y hacen su voluntad.
Así van perdiendo el poder que el pueblo les otorga habiendo creído en sus palabras que resultaron falsas.
Los conceptos que se manejan son diferentes y particulares. Tal cual las mujeres jóvenes y bonitas, encandilan y no piensan. Pero el tiempo se encarga de poner las cosas en su lugar. Permanentemente de abajo «empuja» algo igual y tal vez mejor. Y no se quiere perder el «trono» recurriendo a cosas falsas. El poder es como la juventud de la mujer, durante un tiempo se tiene, luego se pierde.
Si las personas asumieran la realidad, veríamos gente feliz. El poder que se usa para beneficio propio, es volátil. Pero bien usado es como una persona que ha sabido aceptar el paso de los años; transmite felicidad.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto