Emular a los caballeros que rescataban princesas

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Cuando jóvenes, siempre se ha sido idealista. Se quiso emular a los caballeros que rescataban a las princesas de las garras de los malvados. Pasado el tiempo, se pasó a imitar al Zorro, paladín de la Justicia. Ya en el secundario, los ideales se socializaron y se trató de luchar contra la injusticia. La realidad de una familia, hizo abandonar esos ideales y ponerse a trabajar. Aquellos que continuaron los estudios, algunos, siguieron con pensamientos idílicos.

Ya titulados, se han abandonado las fantasías de la juventud y ser utópicos. No tiene dinero para la consulta, «lo lamentamos, el doctor no atiende por PAMI» o «concurra a la Defensoría del Pueblo por asesoramiento gratuito. El doctor no hace caridad»
Muy parecido a las acciones de los sindicalistas. Lo que en el pasado fue voluntario y ad honorem, se ha transformado en rentado y muy bien rentado. La defensa de los derechos de los trabajadores se transformó en la defensa de sus ingresos y bolsillos. Y se enquistan y «solo a los tiros me sacaran de aquí» dijo un dirigente. ¿Por qué? ¿Tanto amor a los trabajadores?
Así ha sucedido con los jubilados. Quien salio a defenderlos, fue absorbido por el sistema (comprado) y se terminó la defensa de los derechos. «Primero yo, después, el diluvio» Es la realidad.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Río Cuarto
 

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