El mundo que tenemos por no contar los votos

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En el libro “Más allá del capitalismo Senil”, S.Amín nos dice que desde que cayó la Unión Soviética, los Estados Unidos se lanzaron a conquistar el Asia Central Petrolera. Querían bloquear el regreso Ruso y cerrar un cerco militar sobre Rusia, Irán, China e India. Esta estrategia aparece durante la primera guerra de Afganistán dirigida contra la Unión soviética. Era la época de Rambo III. En esta época los EEUU se aliaron con los talibanes y con Osama Bin Laden, amigo entonces de la familia Bush y aportante presunto a las campañas electorales de los republicanos. EEUU había prometido a Bin Laden a cambio de sus servicios el Gobierno de Arabia Saudita.

Lo demás es historia conocida. Los Sovieticos salen de Afganistán. Se derrumba la Unión Soviética y EEUU decide olvidarse de Bin Laden para mantener el apoyo a las monarquías del Golfo. El 11 de Setiembre del 2001 Bin Laden derrumba las torres gemelas lo que dio el gran argumento al Presidente Bush para desplegarse en Asia central a bombardeo limpio. Quedaba claro que el presidente Americano era el hombre de la industria Petrolera y de las armas. Ese es el mundo que tenemos. Un vaquero metido a guerrero global que además reniega de cuanto protocolo haya pensando en el ambiente, el des-armamentismo y todo cuanto sea bueno para el planeta.
Atrás quedaba otra perspectiva. La de Al Gore. Que hoy recorre el mundo en campaña oculta mostrando su película sobre una verdad indeseable: la destrucción ecológica del planeta. Alguien tan capitalista como Bush. Que cree que sólo desde la lógica de la rentabilidad y el involucramiento de las grandes firmas multinacionales se podrá contener lo que aparece como un destino inexorable para el planeta de seguir en este rumbo. Bush y Al Gore. Dos capitalistas. Dos Perspectivas distintas. Entre ambas la del ex Presidente de Clinton sin duda era preferible a la locura guerrera de Bush. ¿Porque tenemos entonces este mundo y no el otro?. Muy simple. Por no contar los votos.
En la elección que hizo a Bush Presidente, la decisión fue de la Suprema Corte de Justicia Americana. Luego una consultora privada logró autorización para contar los votos. Había ganado Al Gore pero era tarde. El planeta y la paz habían perdido. Ahora al mundo le esperaban ocho años de guerras, muerte y desolación. Esa es la lección que recuerda este 11 de Setiembre.
En Argentina, se vienen días aciagos. La economía tiene problemas. El sistema institucional debe ser protegido a toda costa para blindar a la República de los sacudones de la tormenta por venir. En Córdoba hay dudas. La legitimidad política está en juego. Es patético ver en los archivos de videos la pelea entre el actual Gobernador y su vice cuando ellos pedían el recuento de votos en un contexto de desconfianza mutua donde el mensaje que nos queda es que ellos conocían bien el paño. Quien siembra vientos cosecha tempestades. Ahora se dieron vuelta los roles. La ciudadanía se avergüenza de seguir rehén de la pelea entre Juez y De La Sota. De aparecer en los medios internacionales como Provincia bananera Hay un solo camino posible. Se deben agotar las instancias jurídicas establecidas. Luego, quien tenga la facultad última de permitir excepcionalmente contar los votos de las urnas debe hacerlo. No se trata de que el mundo vaya a arriesgar tanto como con Bush. No existimos para eso. Sin embargo, hay que mostrar a nuestros hijos que si bien nuestro legado de ejemplos biográficos políticos ha sido un fracaso, el sistema y su potencial debe ser revitalizado para construir una Argentina que se precie. Ahora lo que está en juego no es apenas un Gobierno de cuatro años que en el largo plazo es apenas un suspiro transitorio. Lo que está en juego, es el traspaso generacional de una esperanza democrática que nosotros no conseguimos hacer brillar.
Dr Roberto Tafani

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