El domingo 16 de septiembre se cumplirán dos décadas del brutal asalto que concluyó con el homicidio de 6 trabajadores. Dos de los autores de la matanza, Salinas y Nievas, continúan detenidos.
A 20 años de la masacre del Banco Popular Financiero, el drama golpea en el recuerdo de los familiares de las víctimas. Las viudas de los empleados asesinados hablaron con Telediario sobre el dolor, aún insuperable, de la ausencia de sus maridos y la memoria asfixiante por lo que sucedió en la sucursal del Boulevard Roca.
“Cuando falleció mi esposo tenía criaturas chiquitas y seguí trabajando para sacarlos adelante. Ahora tengo dos nietas maravillosas pero la lucha continúa día a día», admite emocionada Maria Marta Barbero, esposa de Ricardo Ferreira, uno de los siete trabajadores asesinados.
La mujer admite que «los nietos no pueden entender que ya no esté su abuelo», aunque conocen lo que sucedió.
«Les fuimos explicando de a poco para que ellos pudieran comprender. Estamos tratando de que no queden secuelas», expresó.
Por su parte, Silvia Lorca, esposa de Rubén Bianco, otra de las víctimas, precisó que de sus 3 hijos – Julia, Federico y Adolfo- el más chico «no logró conocer a su padre».
«Hoy arrastramos la tristeza de que Adolfo no llegó a conocerlo. Yo no volví a formar pareja porque el rol de madre consumió mi tiempo de mujer», manifestó.
El hecho
El domingo 16 de septiembre se cumplirán dos décadas del brutal asalto que concluyó en el homicidio de 6 trabajadores: Jorge Garay, José Rubén Bianco, Angel Angelini, Alejandro Angel Muzzio, Víctor Meynet y Ricardo Ferreira. El gerente Roberto Vicente Denner, fue baleado, pero pudo recuperase y es el único sobreviviente de la matanza.
En el juicio oral que se realizó en 1989 fueron condenados el ex cabo de policía Miguel Angel Salinas , su esposa María Rosa Boni, Francisco «Pancho» Nievas y Juan Carlos «Garganta» Lucero. El ex policía Miguel Angel Coy, a quien la Justicia dictó falta de mérito.
Las víctimas fueron maniatadas con cadenas y fusiladas a quemarropa por los asaltantes, que se llevaron un magro botín de 35 mil Australes.
Aunque siempre quedó la duda sobre la participación de otros integrantes de la policía o la presencia de informantes, la Policía resolvió el caso ese mismo día.