Los médicos son como los mecánicos, nos hacen chapa y pintura y nos dejan nuevos. Claro que todo cuesta. Los arquitectos nos diseñan una vivienda, que en los papeles son maravillosas. Luego queda como una tapera por el dinero que tenemos. Los sindicalistas nos dicen una cosa, pero luego es otra. Veamos.
El costo de la canasta mínima es una cifra que se determina en base a los productos alimenticios necesarios para mantener la máquina en funcionamiento. Hoy se ha fijado en $900 y algo más y es lo que se pide como ingreso básico para cualquier trabajador, en blanco. Lo que no queda en claro es qué productos y qué cantidades a adquirir. Además queda en una neblina en una cortina de humo.
Todo salario sufre retenciones que se los lleva la Mama Estado. Es casi un 20%, incluído un 2% por los servicios de protección de los sindicalistas. Entonces la canasta básica se mantiene en esa cifra pero el dinero que ingresa a los bolsillos, es menos. Vemos a personajes reunirse, posiblemente tomando café, agua mineral, ir en autos lujosos y con guarda espaldas, pero resuelven poco. Ni David Cooperfield ni Mandrake tienen la respuesta. Basta de engaños.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Río Cuarto