Hoy, al leer las páginas de los diarios, solo nos muestran cifras, estadísticas, porcentajes y otros datos numéricos solamente. Si profundizamos nos corre frío por la espalda. Son datos de personas muertas en rutas. Entonces decimos que el Estado debe tomar medidas y apoyamos, con la firma, la iniciativa de la Defensoría del Pueblo para declarar «Emergencia Vial» Y nos detenemos a pensar ¿qué sucede y por qué sucede?
Bien sabemos que el Estado nacional, provincial y municipal tiene dentro de su carpeta planes para hacer autopistas en todo el país, pero… siempre lo hay. Es que para construir mejores rutas hay que poner dinero y ese se debe utilizar en las campañas políticas. Solo para ganar y continuar tapando las, «chanchadas» de los secuaces y amigotes. Se deben comprar los votos y eso requiere mucho dinero, aunque alguien se lo olvide en el baño y en autos.
Pero como idea más realizable pensamos que no es lo mismo conducir un auto del 70 a otro del 07. Las velocidades no son las mismas y los lugares donde desarrollarlas tampoco lo son. Los «domingueros» creen que salir a la ruta es «apretar el acelerador hasta la tabla» y girar la «manija». Es que en la ciudad no se nota la velocidad ya que las casas pasan rápido, pero en el campo se pierde esa sensación. Entonces de la misma manera que se debe tener permiso especial para navegar en un río abierto, se debería tener un permiso para ruta y otro para ciudad. ¿O no?
Atentamente
Juan r Bell
92061605
Rio Cuarto