Con la candidatura de Cristina Kirchner y el radical mendocino Julio Cobos se licuan las identidades de dos partidos. Peronismo y Radicalismo van juntos. Con la candidatura de Lavagna y Gerardo Morales también se licuan las identidades de dos partidos Peronismo y Radicalismo van juntos. Con las instrucciones de Mauricio Macri a Lopez Murphy de que hable con Puerta, Carrió y Lavagna la licuación llega tanto a los ex radicales de derecha (L.Murphy) como de Izquierda (Carrió) que se asociarían con el Peronismo. De conglomerados separados destinados a resolver problemas colectivos no queda nada. De grupos “partidos” o particiones de grupos con visiones diferentes no queda nada. Esto es la licuación de la política. La política de la modernidad líquida. ¿Que significa esto?
1) Que las diferencias son hoy anti personas. Puerta es Antikirchner. Quiere aliarse a PRO y al Ari pero el tren fantasma no resulta digerible pues es Antí Lopez Murphy. Son luchas de individualidades. Algo así como la política de los Camaleones. El candidato a Gobernador Daniel Scioli tuvo que eliminar todos los carteles que tenía listos para apoyar a Menem con quien tenía “lealtad”. Ahora va a Francia a hablar del “cambio con Cristina”. La política de los caracoles que para avanzar se arrastran. La política de las babosas, con discurso que cualquier estudiante de introducción a la economía política haría mejor. Una política de cúpulas. De esas que durante cuarto de siglo digitaron la política para licuarla. En Córdoba parece mentira pero todavía los espíritus de “Angeloz” siguen poniendo fichas. Se juntan cuatro gatos y deciden quienes serán los diputados y quienes seguirán perpetuados en sus cargos. El país y la política a la deriva por supuesto. Pensar que en 25 años España hizo lo que hizo. Nosotros seguimos con los nombres de siempre. Negri es todo un ícono, ¿se acuerda Ud de la lesión en el accidente de helicóptero que sufriera?. Parece que fue hace una eternidad. ¿No se acuerda? Imagine si pasó el tiempo. El tiempo pasa, los políticos quedan.
No sorprende entonces que la gente vote históricamente cada vez menos a los dos partidos principales de Argentina. El gráfico siguiente muestra el fenómeno con claridad.
2) Este proceso significa también la desaparición de dos partidos poli-clasistas de masas de centro a dos de centro derecha. Uno con retórica de izquierda que entrega el petróleo y provoca enormes ganancias financieras. El otro con retórica de derecha surgido del poder del capital subsidiado por Duhalde. Luego por Kirchner. Kirchner fue invento de Duhalde. Nada cambia. La diferencia es retórica.
3) Esto implica la desaparición de las agendas alternativas. Todo se resume a un problema de estilo. Lavagna escribe libros. Cristina y el actual presidente dan lecciones detrás del atril. La diferencia está en que Lavagna gestionó la crisis Cristina nunca gestionó ni una intendencia y pretende nada menos que la presidencia. Decir que el marido la habrá de asesorar no sirve. Es el actual presidente el que ha generado los problemas que ella deberá solucionar.
4) Esta desaparición de visiones alternativas se da en contexto de falta de políticas de Estado. Dicho de otra forma si no hay acuerdos sobre que hay que hacer, no puede haber desaparición de agendas alternativas.
5) Finalmente esta licuación se hace usando el más absoluto personalismo. Ya no hay internas, no hay asambleas, los partidos políticos son cáscaras vacías. El proceso de selección de parientes y amigos forma parte de un paso más hacia el vaciamiento de las instituciones.
6) ¿Que dice la gente? La gente dice dos cosas. Por un lado que muy pocos creen y confían en los partidos políticos. Menos de uno cada cinco en los últimos diez años. Por el otro, la confianza después de la crisis ha crecido desde una persona
cada 20 (el 5 %) al 18 % en el 2005.
La conclusión es clara. Pocos creen y la confianza mejora de a poco pero no pasa nunca del 20 %. Lo que se necesita es una reconstitución de las instituciones. Un país con reglas de juego. Partidos con agendas diferentes. Con democracia. Con consultas. Con internas. Lo que hoy existe es el dedo Presidencial. Es el acuerdo de cúpulas. Es la destrucción de las identidades partidarias. Es la continuación de la licuación de la política. El taponamiento de las cúpulas a las nuevas figuras, la instalación de la política del caracol. Arrastrarse para llegar…
Roberto Tafani