El problema de la energía

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El Problema de la energía requiere una planificación e inversión que no se condice con los parches improvisados del Gobierno. Las consecuencias para el país son el despilfarro de recursos y la pérdida de oportunidades  El Gobierno improvisa. Compra generadores de apuro. En realidad estamos viviendo un problema crítico que pudo ser evitado. El gobierno actuó en forma incompetente y aún contra el sentido común. Ahora ya hace tres años que el país crece a una tasa superior a la variación porcentual de la entrega de energía eléctrica y de gas. En consecuencia faltan ambas. Se consume más de lo que se produce. El gráfico siguiente habla por sí sólo .

 

 

 

Si se enfoca el problema de la nafta y el gas licuado de petróleo la situación es similar. Lo sorprendente es que esto ocurre no por un problema de herencia recibida sino al revés. La década anterior hizo una gran inversión en energía y se exportaba gas, energía y combustible. Ahora dependemos de la ayuda de los países limítrofes. El Gobierno jugó justamente a la ruleta rusa que es lo que la nueva candidata Cristina Kirchner dice que hay que evitar. Aquí no hubo continuidad en las políticas. Aquí se suspendieron las exploraciones, las perforaciones y la expansión de la capacidad de transporte. Es el absurdo de un discurso que dice justamente lo contrario a lo que se hizo. Lo que pasó en Argentina fue no continuar con una política de inversiones y se pasó a otra de consumo sin producción. 

 

 

 

¿Como surgió este problema, cuales son las consecuencias y que hace el Gobierno?

Primero el Gobierno en el nombre de “Los Argentinos” representa en realidad los intereses de una fracción del capital cuyos mejores exponentes son industriales que requieren protección, dólar alto y deuda licuada. La devaluación planchó los salarios. Para evitar que estos siguieran cayendo congeló los precios de los servicios públicos. En vez de seguir una política de aumento de la productividad basada en el progreso tecnológico y la competencia internacional que llevara al aumento de los salarios el Gobierno prefirió la ilusión de comerse el capital. Gastarse las reservas. Hacer como si los precios pudieran congelarse sin consecuencias con la única solución de criticar a las empresas. Esto, en un contexto de suba creciente de los precios internacionales es como querer tapar el sol con las manos, o a la Kirchner, parar la inflación manipulando los índices de precios. El ejemplo del petróleo basta para la ilustración.

 

Esta es la segunda falacia de la candidata presidencial que propone un modelo de acumulación con inclusión. El sector de la energía es el ejemplo más patente de desacumulación para financiar la luna de miel de los industriales con su tasa de ganancia y para que los salarios no terminen de desaparecer. No hay alternativa. Los servicios y la energía tendrán que subir sus precios y los salarios verán otro recorte en su poder de compra. No hay alternativa. Esta demagogia de vender barato lo que es escaso termina en un desastre. Por supuesto ello ocurrirá después de las elecciones.
Las consecuencias del despropósito energético son variadas. Van desde la pérdida de producción y de proyectos de inversión que se vuelven inviables al despilfarro de recursos. Por ejemplo se importa a precio alto y se vende a precio bajo. La plata que se pierde en el medio en forma de subsidios no va a salud, a educación a infraestructura. En un  país donde no podemos bajar la sífilis congénita y las personas mueren en forma continua y sistemática por falta de rutas adecuadas.
¿Que hace el gobierno? Se apura ahora a comprar 7 turbogrupos de generación eléctrica que consumirán un 10 % más de gas para producir electricidad. El apuro y la improvisación lleva nuevamente a pagar sobreprecios. Se estima que serán 200.000 dólares por encima del valor de mercado para cada megavatio instalado. Para un total de 1600 megavatios que representan los 7 generadores a comprar ello representa unos 320.000.000 de dólares. Si la construcción sencilla cuesta alrededor de 1000 pesos el metro cuadrado, entonces eso representa unos 992.000.000 millones de pesos o sea unos 992.000 metros cuadrados de construcción.  Para casas de 60 mts cuadrados son aproximadamente 16.500 unidades que se han perdido en un país donde el déficit habitacional es todavía enorme. Eso solamente en sobreprecios para comprar 7 generadores. Uno se pregunta ¿que costos habrá tras las bolsas de Miceli y las contrataciones de Jets privados desde la Secretaría de medio ambiente?. Claramente una falta de idoneidad y competencia demasiado grande para llamar a esto el modelo que hay que institucionalizar. Claro, que tal vez comparado con la torpeza de una Ministra de Defensa que no reconoce lo que es un fusil tan popular como el FAL, entonces los costos ocultos de la crisis energética aparezcan como menores en los ojos de un Gobierno que hace campaña presidencial mirando el mediterráneo, junto a Reyes donde aprenden protocolos monárquicos mientras los Argentinos seguimos rogando que el frío que no cesa deje de matar pobres sin refugio…

Roberto Tafani

 

 

 

 

 

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