Convulsiones febriles

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Un pequeño porcentaje de niños presenta convulsiones en ocasión de episodios febriles. Esta situación asusta y preocupa mucho a los padres y a toda la familia, por lo que es importante aclarar algunos conceptos.
La primera vez que se da una convulsión febril es un momento de mucho temor para los padres y la mayoría de ellos tiene miedo de que el niño muera o sufra daño cerebral. Afortunadamente, las convulsiones febriles simples son inofensivas y  no causan muerte, ni lesiones cerebrales, ni epilepsia, ni retardo mental.

Es muy importante tener esto en cuenta para saber cómo actuar, y poder mantener la tranquilidad. La convulsión se produce como consecuencia de la fiebre, y es más frecuente en niños entre 6 meses y 2 años.
La mayoría de las convulsiones febriles se desencadenan por fiebre causada por una infección respiratoria producida por virus, y por ello se observan con más frecuencia en invierno. No dependen de que la fiebre sea muy alta, ni que suba muy rápido. Por lo general se presentan el primer día de fiebre, siendo a veces la convulsión la primera manifestación de la fiebre, que había pasado inadvertida para los padres.
Existe una predisposición hereditaria a las convulsiones febriles, y no es raro que alguno de los padres, o hermanos, haya padecido estos episodios en su infancia.

COMO ES UNA CONVULSION FEBRIL:
Las convulsiones febriles simples suelen comenzar con una contracción muscular de todo el cuerpo. El niño lleva los ojos hacia atrás, y luego sacude ritmicamente su cuerpo. No responde a las llamadas de sus padres, la respiración es ruidosa o se interrumpe  brevemente, y a veces el niño se pone azul. No dura más que unos segundos, hasta pocos minutos. Al terminar el episodio el niño queda flojo, y se lo ve desorientado, pues no recuerda lo que le sucedió.

QUE HACER:
No perder la calma: el niño no corre peligro aunque asi lo parezca.
– Acostarlo boca arriba o de costado si vomita
– Mirar el reloj (al inicio y al final) para contar los minutos de su duración
– No sujetarlo, no impida que se mueva, a no ser para protegerlo de golpes o caídas (alejar mesas, sillas, objetos contundentes)
– Aflojarle la ropa
– No dejarlo solo
– Cuando pase la convulsión organizar el traslado al centro asistencial más próximo
– Trasladarlo con cuidado, respetando el tránsito. La convulsión no mata, un accidente de tráfico sí

QUE NO HACER
Sacudirlo, echarle agua fría, meterle la mano en la boca para sacar la lengua (el niño no se asfixiará con la lengua), hacerle respiracion artificial, etc etc. No realizar ninguna maniobra sobre el niño: pueden lastimarlo y no será de ninguna utilidad.
No es necesario mantenerlo despierto una vez que pasa la convulsión.

QUE HARA EL MEDICO
El médico se asegurará que el cuadro es una convulsion febril simple, mediante el interrogatorio a los padres, por los antecedentes del niño, y examinando al paciente. Si el niño es previamente sano, y su examen clinico solamente revela fiebre y un cuadro viral respiratorio, se limitará a tranquilizar a los padres y explicar la mejor forma de bajar la fiebre. En algunos casos se justifica internar al niño por 24 horas para controlar la temperatura, evitar que el episodio se repita, y para mayor tranquilidad familiar.
Hay datos que pueden hacer sospechar que la convulsion no es simple, y en ese caso habrá que realizar exámenes especiales y tratamientos especificos.
En los siguientes casos se necesita valorar en profundidad al niño:
• Niños con antecedentes neurologicos o convulsiones previas
• Niños que tuvieron fiebre y convulsión a causa de una infección seria
• Niños cuyos sintomas hagan sospechar al medico una meningitis: cuello rígido, obnubilacion (está como dormido y no responde a los estímulos), fontanela abombada.
• Convulsiones febriles en niños menores de 6 meses o mayores de 3 años
• Convulsión que dura más de 10 minutos

PREVENCION
Las convulsiones febriles simples pueden repetirse en algunos niños, hasta que cumplan los 5 años, edad en que el riesgo desaparece.
No se aconseja dar medicamentos anticonvulsivos en un primer episodio: habria que darlos por períodos prolongados de tiempo, tienen efectos colaterales, y su utilidad en la prevención es discutida.
El pediatra aconsejará a los padres la mejor forma de controlar y bajar la fiebre (ver la nota anterior en esta columna sobre Fiebre). Asimismo el pediatra determinará si por las características del niño, o por la forma o duración de la convulsión existe algun factor de riesgo; en ese caso aconsejará consultar al neurólogo pediatra para determinar la conducta a seguir.

Para saber más:
• https://www.ninds.nih.gov/disorders/spanish/convulsiones_febriles.htm#hacerse
• https://www.sap.org.ar/index.php?option=com_staticxt&Itemid=565&xt_item=1&staticfile=comunidad/info/1convu.htm
Por la Dra Ingrid Waisman
Médica pediatra. MP6508 Mesp2749

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