A través de una especie de metáfora la Lic Elena Farah plantea los
desafíos de la educación y la búsqueda de la equidad.
”Inútil es la maravillosa producción de leche de una vaca que patea el balde” . Enfrentar la inequidad supone que miremos y reflexionemos sobre nuestra forma de entenderla. Solo al entender lo que está sucediendo en el contexto global es que podemos transmitir a nuestros hijos y alumnos, una visión realista de la actualidad. Es nuestro deber como padres y como maestros. ¿Para qué las cifras?…si hablamos de la producción mundial de alimentos, de tecnologías, etc., si la distribución ya desde la siembra está dirigida; ya conocemos quienes son los pocos abastecidos y quienes son los millones desabastecidos. ”Inútil es la maravillosa producción de leche de una vaca que patea el balde”. La gente que se educa en una u otra posición con respecto a la equidad, ha recibido una instrucción poderosa respecto a los méritos o deficiencias de la forma en que los pueblos consideran esas cosas, que casi son incapaces aunque se esfuerzan por comprender, que es necesario regresar al concepto de que el “mundo es de todos”. Hay dos cosas: lo bueno y aquello que puede llegar a convertirse en bueno, que es la realidad y la seudo realidad. Lo patente y lo latente de la realidad. Aquí entra en juego la verdad. Si el hombre es digno de recibirla, tiene que estar de acuerdo, y ser coherente sus ideas con su accionar. Las carencias materiales por falta de recursos es no considerar una riqueza que, bien valorizamos, los que estamos en la educación, poseen los “carenciados”. Riqueza no mensurable, que pareciera no poseer los poderosos económicos con grandes recursos materiales. Estos detentan el poder por su posición no por su sabiduría, a través de redes administrativas poco solidarias, hasta diría indiferentes. “Poderosos con trajes blancos pero con zapatos negros”. Muy por el contrario, esos excluidos, muestran su poder por una inédita resistencia ante situaciones adversas (resiliencia), a través de redes solidarias, cargadas de afectos por el bien común. “Vestidos o desnudos pero con zapatos blancos”. Y aquellos los descartan, como “aspiran a no percibirlos” los arrollan y se encuentran de pronto en posición de ser productores de muerte. Zapatos blancos, amigo, nunca te los saques. Solo así se distinguirán los hombres dignos de recibir la verdad, solo así se distinguirá la sabiduría, el conocimiento, la solidaridad tan vapuleada, en fin, solo así los jóvenes distinguirán donde está la verdad, la realidad y la coherencia en el sentido de la vida. A los otros, los de zapatos negros, “imbéciles” al decir de Savater, necesitan bastones visibles para avanzar y ellos permanecer invisibles. Donde en su realidad prefieren convencerse de “experiencias menores”, con esos bastones que destruyen por destruir, que matan como bombas suicidas o con bombas tecnológicas, que ordenan qué hacer a los que visiblemente mandan, que dejan a miles de millones de seres humanos indigentes, que no les interesan los desastres ecológicos . Es una sabiduría al servicio de la muerte, porque no pudieron encontrar al abastecedor de la esencia. Esos no se pueden sacar los zapatos negros, porque si lo hacen, no son nadie. Para nosotros decodificar estos mensajes es la misión educativa del siglo XXI: los jóvenes junto a padres, maestros y sabios sería una de las estrategias para abrir las mentes a otras interpretaciones y empezar a “tomar una actitud crítica para no seguir al rebaño” al decir de Khrisnamurti; al que agregaríamos nosotros: “Al rebaño que tenga zapatos negros”.
Lic. Elena M. T. Farah
elenafarah78@hotmail.com DNI 6.396.189
Lic. En Administración y Gestión de la Educación
Egresada de la Univ. Nacional Gral. De San Martin (BA)
Registro Minist. Educación de la Nación Nº 2184
10/05/06