Sobre la capacidad para identificar al culpable y la maleabilidad de los argentinos son temas de esta reflexión de Juan Bell, el ciudadano.
¡Que hermoso es ver que las personas hayan aprendido las lecciones de antaño! El tropezar dos veces con la misma piedra es tonto. Los comerciantes, lo han aprendido y hoy disfrutan de paz y tranquilidad. Antes los industriales elevaban los precios en porcentajes altos. Eso causaba enojos en el público y el gobierno. Había que modificar permanentemente los índices y el costo de vida subía sin cesar. Había ataques piqueteros conducidos por futuros secretarios del gobierno. Y eso era malo de todo punto de vista. Por suerte, el argentino es rápido para buscar modos alternativos y evitar confrontaciones. Su poder de adaptación, hizo que todo se tranquilizara y los enfrentamientos sean cosa del pasado. Hoy no es que el comerciante no aumente los precios. Por favor, eso jamás. Lo que aprendió y lo usa con profusión es la sutileza. Ya los incrementos de precios son lentos, continuados y el consumidor no se da cuenta; salvo en el momento de pagar. Pero siempre trayendo lo mismo, semana a semana, trae menos. Hay que adaptarse a los nuevos métodos, un centavo aquí, otro más allá y muchos pesos que se le succionan al consumidor. Pero lo sentimos y no hacemos nada. ¿Y si buscamos al culpable?
Atentamente
Juan R Bell
belljuanroberto@yahoo.com.ar
Río Cuarto
10/05/06