Violencia y Justicia

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La violencia sobre Alicia Kirchner debe ser condenada. Fue un ejemplo de las prácticas antidemocráticas que tanto proliferan en Argentina. En el nombre de la puja distributiva se viola la ley penal. En otros casos, se llega a la configuración de delitos federales al cortar Rutas. Se han sembrado vientos y ahora se cosechan tempestades.

La solución es jerarquizar de la Justicia y desarmar los encapuchados con palos. En Argentina la justicia ha sido descuidada. La prueba está a mano. Después de 20 años de democracia el presupuesto del gobierno central para justicia era casi dos puntos inferior a salud y educación y similar al presupuesto de defensa. Se precisa que la justicia funcione implacablemente. Que exista la certeza de que habrá sanción. Que nadie use la falta de efectividad judicial para justificar la justicia por mano propia. No se trata de imponer penas más o menos graves sino la seguridad de que quien viola la ley no podrá escapar a la respuesta rápida y certera de los jueces.

Ciertamente no ha habido inactividad de la justicia en Argentina. La población carcelaria va en constante aumento.

Sin embargo cuando se observa la condición de la población alojada se observa que el 60 % son encausados con sentencia pendiente.

Uno podría pensar que esa situación se debe a la falta de jueces. Los datos arrojan dudas sobre esa hipótesis.

Argentina tiene 11 jueces por cada 10.000 habitantes. La misma cantidad que Paraguay. Más del doble que Chile y Brasil y sólo está por debajo de Uruguay. Chile y Brasil sin embargo, con menos de la mitad de los jueces que Argentina tiene más condenados que personas en proceso, mientras en nuestro país la situación es inversa. Claramente no es cuestión de cantidad de jueces solamente. Todo ello en un contexto de prisiones sobre-pobladas.

¿Que hace falta en Argentina? La certeza de la pena. Tener indicadores de efectividad mejores. El caso de EEUU es elocuente. Allí hasta Al Capone cayó preso por no pagar impuestos. Los datos muestran dos cosas primero que a mayor riqueza mayor nivel de delitos. Pero también que la cantidad de condenas es mucho mayor.

Mientras EEUU tiene 557 condenas cada 100.000 habitantes, en Argentina las condenas son 48 por la misma cantidad de población. Tenemos apenas una tercera parte de las condenas de Chile y la mitad de las de Brasil. Una de dos, o hay en Argentina un paraíso de seguridad, lo que es improbable, o hay problemas con la forma en que la Justicia opera. Mientras en EEUU hay 4 condenados por cada encausado en Argentina la situación es de 0.80 En dos palabras no hay en Argentina ni certeza sobre la condena ni celeridad en el proceso. Hay que repensar la forma de evaluar la justicia. Hay que comparar indicadores. Explicitar cuales son las especificidades que tenemos para que los indicadores sean lo que son. ¿Será que tenemos tanta complejidad en las causas que no es posible acompañar la forma operativa de países como Chile y Brasil que con la mitad de los jueces hacen el doble o el triple que la Argentina? Necesitamos erradicar la violencia en Argentina. Para eso necesitamos tener una justicia mejor financiada pero también que funcione mejor. La aplicación de la ley debe ser implacable y rápida. Que sea realidad aquello que “quien las hace las paga”

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