Violencia urbana Tercera parte

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En esta tercera entrega sobre la violencia urbana, la Lic Elena Farah plantea la interacción entre lo que denomina las tres lógicas para explicar la conducta de algunos jóvenes.

Es posible reconstruir en los jóvenes entrevistados 3 lógicas de acción que se reiteran en gran parte de los casos:
1-la lógica de la necesidad,
2-del ventajeo
3-del aguante.
Salvo en la primera, en las dos restantes utilizamos denominaciones tomadas de los mismos actores. Las 3 lógicas se refuerzan mutuamente, pues son solidarias entre sí y no se plantean tensiones entre ellas. La lógica de la necesidad.  Estos jóvenes no tienen un peso. Juntan las moneditas de 5 y 10 centavos para viajar, para comprar cerveza, marihuana o ir a bailar. Cada centavo tiene para ellos valor, por lo que a la vista de un observador de clase media, sorprende la importancia que le otorgan a “botines” sumamente exiguos. En efecto, obtener 20, 10 o hasta 5 pesos en un robo no es visto como un fracaso, sino que “al menos permite hacer algo.” El horizonte es el de la falta total de dinero para sus consumos adolescentes. Aún cuando no provengan de hogares pobres, sus demandas están muy relegadas o directamente excluidas de los criterios familiares de asignación de recursos. El estado de necesidad para el mínimo consumo es una experiencia central. Para escapar de él, cualquier recurso puede ser válido: pedir, trabajar, “apretar” a alguien en la calle, robar; según los códigos que comparten, prácticamente cualquier medio es legítimo si permite obtener dinero. Se trata de un tema central a la hora de pensar políticas, pues un requisito clave es resolver este estado de necesidad constante, proveyendo de recursos a los adolescentes. Sin embargo, si todos los medios son legítimos, es porque la lógica de la necesidad se refuerza con la lógica del ventajeo.
La lógica del ventajeo: Su definición podría ser la siguiente: en toda interacción en la que medie un conflicto de intereses con el otro, se debe “ventajear” al competidor, es decir obtener lo deseado apelando a cualquier medio que esté al alcance. No hay necesariamente códigos de procedimientos definidos en el ventajeo, sino que muchas veces las acciones se van decidiendo en el transcurso mismo de la interacción. En el enfrentamiento con el otro se va optando por la forma en que se intentará ventajearlo. Así las cosas, un pedido de dinero en la calle sin éxito, puede transformarse en un “apriete” y, si este también fracasa, terminar en un robo. Pero ventajear implica también reflejos, hacer un movimiento antes que el rival, una anticipación sobre la jugada del otro lo que, como veremos más adelante, ayuda a comprender el uso de la violencia en muchas acciones. La violencia y el enfrentamiento halla su sentido y legitimación por la predominancia de la lógica del aguante. Con su clara connotación viril, con sus reminiscencias del orgullo de la fuerza de los sectores populares, con su intrincada relación con el fútbol, “tener aguante” es un valor central a la hora de hacerse valer en el grupo de pares. Tener aguante: ser capaz de mantener la mirada o la intención ante cualquier oponente; no achicarse frente a alguien de mayor porte y dar batalla –aunque luego se pierda– ante quien sea. Enfrentarse a un adversario que juega mejor en el fútbol, un contrincante más fuerte en una pelea o un grupo de policías fuertemente armados, estas y otras situaciones están legitimadas y valoradas por la lógica del aguante.
LIC. ELENA M. T. FARAH
lenafarah78@hotmail.com
DNI 6.396.189
Lic en Administración y Gestión de la Educación
Egresada de Univ. Nacional de Gral. San Martin (BA)

 

 

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