Shanghai, la capital económica de la nueva China

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La opinión de nuestro panelista invitado Pablo Andersen, Coordinador Area Comercio Exterior de la Fundación EGE, sobre las enormes posibilidades que brinda Shanghai para las exportaciones Argentinas.

Para hacer negocios con China, se dijo muchas veces, es fundamental la paciencia. Pero también, y en igual medida, es clave la discreción. China sigue siendo un mercado inevitable e imprescindible. Y muchos empresarios argentinos están viajando y abriendo nuevos frentes de negociación. Esfuerzos que, lentamente, empiezan a madurar: en los últimos cuatro años, las compras de agroalimentos argentinos por parte de China crecieron un 430%, lo que para algunos especialistas marca una tendencia que se consolidará con los envíos de frutas y carnes – hay cinco frigoríficos habilitados -. Por esas ventas y las de rubros no tradicionales, este mercado podría convertirse en el segundo socio comercial de nuestro país en 2010 (o antes).
En la Argentina, algunos empresarios denuncian una invasión de productos chinos y destacan la caída coyuntural de las exportaciones de nuestro país a ese mercado. Sin embargo, hay otra realidad.
Como cliente, China ocupa el primer lugar de las exportaciones argentinas de agroalimentos con el 47,7% del total. El comercio bilateral siempre es de doble vía. No podemos pretender venderle a China y no comprarle nada. Aún no son relevantes las importaciones de China. Le compramos actualmente: máquinas y aparatos mecánicos, máquinas eléctricas, productos químicos orgánicos, juguetes, instrumentos de óptica, automóviles y tractores, fundición de hierro, etc.
Discretamente, vinieron varios inversores, algunos de los cuales ya están haciendo negocios. Esa lista incluye: Hipasam, la mina de hierro de Sierra Grande, Río Negro; Agua Negra, el paso cordillerano a Chile en San Juan; la Cooperativa de Tabacaleros de Perico, Jujuy; el interés de empresas petroleras chinas en cerrar acuerdos con la estatal Enarsa, y las conversaciones bilaterales para el saneamiento del Riachuelo que siguen vigentes. ¿Qué tan fácil es hacer negocios en China?, es más fácil que en ningún otro lugar del mundo. También hay varias empresas criollas instaladas en ese país, donde cada nicho que se abre implica un mercado de proporciones gigantescas. Pero también muchas empresas medianas y algunas pymes se están aventurando a explorar las oportunidades que ofrece este país. Más que vender, la clave es asociarse.
Teniendo en cuenta la gran complementariedad y las inversiones en aumento, el horizonte de crecimiento del comercio bilateral es amplísimo.
¿Por dónde empezar? Leer a Confucio – para seguir aprendiendo- no es mala idea. Después, volar unas 36 horas para empezar a ejercitar la paciencia antes de llegar. Su escritura, que tiene más de 5000 años, es el único sistema ideográfico que sigue utilizándose en la actualidad. Consta de 56.000 caracteres, o dibujos, aunque hoy en día hay unos 5000 de uso común y cotidiano, que bastan para leer el diario y conversar.

Pablo H. Andersen
Coordinador Area de Comercio Exterior
de la Fundación EGE
info@fundacionege.org

14/06/06

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