Señales que nos anticipan los conflictos que no sabemos ver

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Sobre cómo un chico de seis años se transforma en un adicto a la computadora. ¿Por qué los padres, los maestros no perciben las señales de alarma de la enfermedad?. Una reflexión de la especialista en educación Lic Elena Farah.

¿Será posible que comencemos a intentar tener un mínimo de previsión y anticipación de los conflictos que suelen marcar el devenir de las sociedades innovadoras e inteligentes?
Sería lo ideal. Sino llegaremos a convivir con casos extremos como los que se están analizando en Europa y EEUU y en los países altamente tecnificados como China y Japón, que están padeciendo una ola de suicidios pactados por Internet, o bien tomando roles a partir de los personajes que interactúan con niños y adolescentes en los videojuegos; los gamers (jugadores) llamados así por los especialistas, corren el peligro de culminar en adicción y, a veces, a la terminal de la muerte.
A raíz de esta dolorosa problemática se inauguró en Ámsterdam, una clínica para tratar estas adicciones.Ya hay, y  aunque nos sorprenda, una densa lista de espera, pues es justamente allí, donde los mejores especialistas para estos trastornos de conducta o adicciones comportamentales, se reunieron formando un espacio de investigación y acción, para comenzar a actuar e intentar revertir el problema, y devolver a la familia y a la sociedad, a estos niños y jóvenes que sucumbieron al embeleso de la pantalla con todo su colorido; como un “collage” en continuo movimiento, donde para estos chicos la realidad esta dentro de una pantalla perdiendo la noción de tiempo y espacio con su propio cuerpo y contexto; es que todo pasa por las sensaciones y percepciones obviando el pensamiento y la reflexión, por lo cual es un placer continuo, desmedido y con el peligro del “no limite”.
Los efectos de abstinencia que padecen estos chicos, son similares a las producidas por la privación de substancias químicas. Una de las estrategias que están implementando los especialistas, es llevar a los pacientes en grupo a practicar deportes extremos (paracaidismo, aladeltismo, parapentes, etc), intentando a través de estas técnicas, amortiguar el efecto psicofísico de la privación del objeto adictivo, en este caso es la carencia abrupta de la computadora. Luego, se continua con los espacios y actividades características de las Comunidades Terapéuticas: talleres, yoga, espacios de reflexión, etc..
Se me ocurre una pregunta ¿Qué pasó con esos padres que no advirtieron las señales de anticipación que culminaron con estas serias adicciones? ¿Qué pasó en el contexto para que fuera consonante el actuar ilimitado frente a una computadora? Lo preocupante es que los casos que se están tratando no son solo adolescentes sino niños de seis años, nueve y once años..
Es necesario comenzar a construir una mirada objetiva, tanto padres o educadores, para  descubrir la delgada línea que separa el buen uso de las tecnologías, como la PC, del abuso.
Tener una mirada objetiva podría compararse con la primera impresión de una placa fotográfica virgen, que registra la imagen sin las deformaciones del trato formal.
Si logramos tener despierta nuestra inteligencia y buen sentido, señales las hay siempre.

Lic Elena Farah
Lic. en Administración y Gestión de la Educación
08/08/06

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