Ser representante de algo o alguien es muy importante y mas cuando lo que se representa es al pueblo. Siempre se dice que «ciudad sucia, gente sucia» Si la población al ejercer el voto, elige un diputado, legislador o concejal malo, deberíamos decir «representante malo, población mala»
Es posible que hasta ahora no se haya enseñado desde la primaria lo que significa votar y designar a un congresal. Kilos y kilos de tinta se han gastado diciendo que se reformara la ley electoral, suprimiendo las listas sabanas. Pero nos han puesto frazadas y colcha. Se sigue eligiendo a través del club político y lo que viene no es como para que sea representante de nadie. Se vota al partido, ojala se votase al entero. Estamos viendo que en cada período electoral, la calidad de los listados es peor.
Esto se ha transformado en un Gran Hermano. Pero ahí, se puede elegir a quien despedir y quien se queda. En las cámaras, concejos o legislaturas deberíamos hacer lo mismo. No sería necesario que se fueran todos, solamente los que no sirven, no saben o no cumplen. Son de terror. En el Congreso, son neutralizados todos. La oposición se queda como el penado 14, los otros con tortícolis de tanto sacudir la cabeza diciendo «si». En los Concejos «Delirantes» entran para hacer facha, no saben, no tienen idea y son consumidores de alfalfa. En la unicameral de Córdoba, llegan muchos que su hábitat es la cordillera de los Andes, donde llevaban carga.
¿No se podría poner gente capaz? Pero capaz de hacer algo más que hablar y no decir nada.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto
05/04/07