El médico siquiatra especialista en adicciones, Eduardo Medina Bisiach, analiza las causas que llevan a las mujeres a desarrollar una adicción a las máquinas tragamonedas.
A los retos que las nuevas tecnologías le imponen a nuestra juventud, se agregan otros específicos para los adultos con el mismo fundamento: los juegos de azar, sobre todo los tragamonedas o slots; ya que alteran su comportamiento sobre todo en tiempo libre y de ocio, momentos en que uno privilegia lo satisfactorio por sobre lo útil. Si a los slots se los emplea no como entretenimiento, sino que se los usa o abusa como deporte perverso, se responde a una idea peor: no reconocer límites de ninguna especie, una forma de sobreestimulación al sensorio y por ende la del placer efímero. Porque es un verdadero bombardeo de colores e imágenes que inhibe el intelecto y la reflexión, llevando así indefectiblemente a una conceptualización de un “pensamiento pobre”, o sea la pérdida de posibilidad de organizar los conocimientos. ¡Que ironía!: las tecnologías se crearon con la intención de ser dominadas por los brazos del hombre y hoy pareciera que el mismo hombre funciona esclavizado como un brazo ortopédico de las mismas. Hay algunas características innatas de la mujer que la predisponen a ser más vulnerables a ser cautivadas por este juego tecnológico, principalmente los slots. Las diferencias sexuales desde el punto de vista biológico entre macho-hembra no cabe discusión; lo que es motivo de análisis, es la diferencia desde el punto de vista del funcionamiento como género hombre-mujer. Algunas características diferencian a la mujer: por su función materna desarrolla órganos sensoriales en forma organizada al tener que escuchar, olfatear, mirar o degustar al hijo. Ellas distinguen más colores que los hombres por la mayor presencia de células especiales para colores en la retina (órgano de la visión). y tienen más visión periférica por tener mayor movimiento ocular, lo que les permite observar más detalles en las comunicaciones cercanas. Por otra parte, la mujer escucha sonidos más agudos como el llanto de su bebé, por lo tanto es más hábil para descifrar e integrar señales verbales y visuales; además la mujer se comunica con la escala de cinco tonos y el hombre solo escucha dos. En conclusión la mujer tiene una mayor capacidad para explotar al máximo todo lo que tenga que ver con lo sensorial y lo perceptivo. Si a esto le agregamos que a la edad media de la vida femenina (entre35-45 años) cambia sus niveles de necesidad: al aumentar su tiempo libre, al no exigir sus hijos una atención primaria, mayor número de crisis y separaciones matrimoniales, existencia de una aumento de la soledad y depresión y una mayor independencia social, pueden todas estas instancias transportarnos al hilo conductor de esta nota al generar un fundamento del porqué, como las estadísticas indican, hay mayor tendencia y atracción de la mujer a partir de las 35 años, de sentirse cautivadas por las nuevas tecnologías y en ella incluyo los slots, bingo, juegos de azar, donde el brillo, las luces, colores, olores y dulces melodías con varias tonalidades las transforman en las afroditas de ese mundo de fantasía. Como ven, toda la exquisita sensibilidad femenina al servicio de la tecnología. Allí donde todo se confunde y empieza a desdibujarse lo real, dando lugar a un collage productor de la ruptura que distingue el mundo cotidiano por un lado, y la cultura comercial o de masas por el otro. Solo provocan situaciones de impacto, orientan una conducta ya predecible por esa sensibilidad biológica descripta, proclive a ese tipo de comportamiento que numerosas veces se transforma en perjudicial para sí y los demás. Para concluir nos gustaría compartir la lectura de éste párrafo:
“…nunca he visto un letrero prohibiendo comer piedras, porque no hay necesidad de él. En la misma forma, sólo cuando el ser humano sea capaz de evitar otros hábitos aun más destructivos que comer piedras, será capaz de superar su lamentable estado actual”
Dr. Eduardo O. Medina Bisiach
eomedinab@hotmail.com
DNI 7.976.139
Psiquiatra Universitario (UBA) MN 35099; MPBA 32440;MPC 5552
Master Internacional en Adicciones (USAL y Deusto- España)