La perversidad de la mentalidad belicista

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Nuestra blogger invitada especialista en educación, Lic Elena Farah, esta vez hace un alto en sus temas habituales para hablar de la mentalidad belicista y su experiencia como nieta de libaneses.

Recuerdo cuando hace mas de tres años en Buenos Aires, el Embajador del Líbano me invitó(como nieta de libaneses) a un evento con motivo del festejo de la independencia de ese país, al cual concurrí con mi esposo. Ambos quedamos muy emocionados  por las palabras del embajador resaltando cuantas veces pudiera la palabra “Paz”. Todavía, hoy día, quedaron grabadas en nuestras retinas las imágenes sucesivas de diapositivas que se exponían y al mismo tiempo nuestros oídos registraban la narración orgullosa del embajador, que con léxico claro y apasionado relataba el esfuerzo del pueblo libanés en la reconstrucción del Beirut devastado después de la guerra de los Seis Días en 1982. Entretanto pasaba la filmación mostrando un panorama de la ciudad en un antes, un durante y un después de la guerra. Todos los concurrentes quedamos conmovidos no sólo ante el desastre ocasionado por el bombardeo por un lado, sino también por la dimensión de la energía y ahínco humano dedicados a su reconstrucción de su país. Tuvimos la impresión que Medio Oriente había asimilado una lección: el no a la guerra y salimos de allí con la convicción de la tan famosa frase nuestra del “nunca más”.
Pero esa lógica tan humana del aprendizaje de la paz a través de la nefasta experiencia de la guerra, hoy la contemplamos azorados como se desmoronó por la lógica perversa belicista de los hombres. Actualmente nos cuesta creer lo que observamos por los medios de comunicación: una reedición en la realidad de nuestra experiencia como espectadores de imágenes en aquella reunión reveladora; inimaginable en aquel entonces ver a Beirut nuevamente con edificios arrasados y aniquilada su gente.
No existe explicación alguna que justifique tamaña destrucción, ni política, ni la “guerra preventiva” preconizada por EEUU. Sin embargo, todos sabemos, de los intereses de los sectores involucrados que promueven y apoyan las masacres. Intereses que están enmascarados haciéndolos pasar por lo que en realidad no son, desviando a la opinión pública mundial de la verdad.
Sociedades hipócritas que no dejan de producir repugnancia al posicionarse como belicista; por lo tanto coincido con Santiago Kovadloff cuando expresa“los hombres, testigos del acontecimiento tenemos que optar, entre la perversa“lógica de la guerra” despreciando el sufrimiento que ocasiona y la preciosa singularidad de cada vida que destruye, o la “lógica solidaria” que se niega a  hacerlo, santificando cada vida”.
Concordando también con Saúl Franco, médico colombiano especialista en violencia, que dice que “existe en el mundo (él habla de Colombia) un cierto cansancio y saturación de lo que se ha llamado “contar muertos”; y continua “la relación violenta siempre busca una finalidad, tiene direccionalidad, y se hace con determinada intención”. Lo asocio a él y a Kovadloff con el Quinto Mandamiento: no matarás.
Se debe buscar soluciones de fondo en los que yo creo son los dos grandes campos: negociación política del conflicto político –militar y reducción de la mentalidad perversa belicista en ambos bandos. Esto último no deja de ser complicado pero de mayor efectividad. Se necesita reflexión y ganas para empezar. Si el conocimiento es uno de los mayores esfuerzos humanos por entender la realidad, esto quiere decir que de la constante interacción pensamiento –realidad es de donde surgen las soluciones.
Es contra las inclinaciones violentas de la naturaleza humana que debemos luchar todos, sin distinción de ideologías, credos, etnias o nacionalidades. Seguramente esa lucha dentro de nosotros mismos nos llevará a comprender lo que Mahama Ghandi señaló con la sencillez de los sabios: “se me ocurre que el dominio de las más sutiles pasiones y deseos resulta más difícil que la conquista del mundo por las armas”

LIC. Elena M. T. Farah    
Lic. En Administración y Gestión de la Educación
Egresada de Univ. Nacional de Gral. San Martin (BA)

26/07/06

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