Innovación,transformación y articulación

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Quisiera poder compartir con ustedes algunas pinceladas de un tema que creo que está muy poco trabajado y discutido. Una de las cosas que más ha costado en nuestra historia educativa, es rever la estructura de los niveles primario y secundario.
Pero antes de hablar de la articulación entre niveles, permítanme remontarme hacia atrás, pues lo que se necesita es una mirada que ponga en un contexto más amplio los intentos de hace mucho tiempo que piensan la articulación desde una mirada superficial y la resuelven llevando a los chicos de séptimo grado de la primaria al secundario, o que la piensan sólo en términos de contenidos, promoviendo acuerdos entre los profesores de ambos niveles. Creo que éstos son sólo buenos intentos que a la larga no resultan, porque no se replantean por qué se hace, desde dónde se hace y hasta dónde se podrán conseguir resultados.

Quiero empezar poniéndolos en contexto, a partir de un artículo que me resulta muy interesante de un autor chileno, José Joaquín Brunner (que pueden bajar del sitio de PREAL: www.preal.cl), titulado Educación: Escenarios de Futuro. Nuevas Tecnologías y Sociedad de la Información.
Entre otras cosas, en dicho artículo Brunner plantea el tema de las cuatro revoluciones educativas, que, según él, son las siguientes:
1)       La escuela: su surgimiento es la primera revolución, pues por primera vez se externalizan, se ponen en blanco y negro, las reglas de cómo se enseña. De ser una actividad individual y muy artesanal, se transforma realmente en un oficio organizado, pues se puede expresar cuáles son las reglas y cómo se hace, convirtiéndose en un proceso sistemático, deliberado y especializado de enseñanza. Estamos hablando de la época de las escuelas conventuales (aproximadamente entre1300 y 1600), y para poner un hito podemos nombrar la Didáctica Magna de Comenio.
2)       La educación pública: se da cuando el Estado organiza las escuelas existentes y se conforman los sistemas escolares. Es una revolución pues la escuela ya no es un instrumento para atender necesidades o intereses individuales, sino que el Estado como tal organiza un sistema por medio del cual transmite conocimiento, pero transmite también valores y un sistema de integración nacional. En este momento la escuela se usa como un mecanismo para construir los Estados Nacionales (entre 1750 y 1850). Lo interesante de esta revolución es que amplía el método de Comenio. El método que formalizó Comenio se aplica para todos. Claro está que ese “para todos” es según lo que en aquel momento se entendía bajo el término “todos”. No incluía a los sectores más bajos, pues entonces el ciudadano no estaba definido como toda persona que habitara un territorio, sino sólo como las personas con ciertas características, que hoy identificaríamos como de clase media. Para este grupo es que se expande el método de Comenio.
3)       La enseñanza masiva: la podemos situar fundamentalmente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los sectores para los cuales no había sido pensada la escuela, ingresan a ella. De nuevo vemos el método de Comenio ampliado a toda la población, pero esta vez incluyendo a los sectores medios para abajo.
4)       La educación del siglo XXI: las primeras tres revoluciones tienen una característica, y es que no cuestionan el método, no cuestionan el proceso de cómo se enseña. Lo que se trata es de darle a más gente ese beneficio que se sabe que es la escuela, que es la educación. Justamente la particularidad de la cuarta revolución, según Brunner, es que ya no nos sirve más el modelo que tenemos, ya no es cuestión de expandir. Ahora lo que necesitamos es otra forma de enseñar, para otra sociedad. Y fíjense que entre ésta y la anterior revolución hay una distancia de solamente cincuenta años, lo que muestra cómo se van acortando los tiempos, y cómo se va dando un proceso de aceleración.
 
Entonces el primer tema que quiero plantearles es que cuando pensamos en la innovación en la escuela, en el sistema educativo, en cómo debiera ser la articulación, hay que pensar todo desde la idea de que tenemos que concebir otro sistema educativo, otro modelo, porque estamos frente a la necesidad de construir una nueva revolución, que pasa justamente por cuestionar los aspectos centrales del proceso de enseñanza.
Otra cuestión interesante que dice Brunner es que estas revoluciones no se producen porque haya elementos internos de la educación que generen estos cambios, sino que están generadas por cambios externos a la educación, cambios en el contexto.
¿Qué cambió entonces en el contexto? Esto debemos entenderlo para poder orientarnos acerca de cómo debiera ser la nueva educación. Brunner dice que:
·         El conocimiento deja de ser lento y estable.
·         La escuela deja de ser el único canal mediante el cual las jóvenes generaciones entran en contacto con el conocimiento. Ahora hay otros medios alternativos a la escuela, la cual debe repensarse sobre la base de su especificidad.
·         La palabra del profesor y el texto escrito dejan de ser los soportes exclusivos de la comunicación educacional. Hay nuevos modelos alternativos, que ya no son el profesor y el texto.
·         La escuela ya no puede actuar en función de las expectativas de la Revolución Industrial o segunda revolución educativa (época de creación de los sistemas escolares).
·         Las tecnologías tradicionales de la educación están dejando de ser las únicas disponibles para enseñar y aprender. Antes sólo se aprendía el saber elaborado en el contexto de la escuela, hoy empiezan a aparecer otras tecnologías alternativas.
·         La educación deja de ser sólo nacional, para ser también globalizada. Hoy en día contrastamos los resultados de la educación no sólo con lo que pasa en otros lugares del país sino también con lo que pasa en otros lugares del mundo. Tenemos parámetros universales que dan una idea de la globalización.
·         La escuela deja de ser una agencia formativa que opera en un medio estable de socialización. Hoy el medio donde opera la escuela es un medio mucho más demandante, mucho más cambiante y menos seguro que el anterior.

En resumen, el contexto no es lo que era antes. Así como tampoco el futuro es lo que era antes; antes pensábamos en el futuro como la proyección del pasado y hoy tenemos muchos elementos para darnos cuenta de que una parte del futuro puede parecerse a algo del pasado, pero debemos mirarlo con una perspectiva mucho más abierta.
Por eso, lo que se necesita hoy no es un cambio cualquiera. No necesitamos un pequeño cambio, necesitamos lo que se llama un cambio de paradigma. Los paradigmas son el conjunto de normas que permiten definir cómo funciona la realidad. Esto es importante entenderlo porque no es lo mismo cualquier cambio para responder a las necesidades que hoy se postulan para cambiar la educación. No cualquier cosa que hagamos pensando que estamos mejorando nos va a servir para realmente mejorar. Podemos decir que hay distintos tipos de cambio, algunos más profundos que otros.
Clasificando los cambios según sus profundidades, se puede mejorar el paradigma actual, que es lo que se ha hecho durante las primeras tres revoluciones (hemos ido agregando cosas a la propuesta clásica para mejorarla), o se puede cambiar el paradigma. Creo que esta es la diferencia que hay entre re-formar (dar una nueva forma a lo que hay) y trans-formar (pasar de una forma a otra). Si mejoramos el paradigma, podemos decir que estamos mejorando lo que se ve desde afuera, estamos mejorando lo superficial, pero no en mal sentido sino en el sentido de lo que se ve en la superficie. Para cambiar el paradigma tenemos que ir a lo estructural, a lo más profundo, a lo que está debajo. Y también podemos decir que el cambio puede ser micro, o puede ser macro.
Para hablar de cambios estructurales, a nivel micro hablamos de innovación, y a nivel macro de transformación.

Lic Elena Farah
Lic. en Ad. y Gestión de la Educación

04/09/06

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