El prototipo de inmigrante

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Siempre los latinoamericanos hemos generalizado a los inmigrantes, no por su país de origen sino por áreas de procedencia. Todos aquellos que nacieron más allá de Alemania, eran rusos. De Medio Oriente eran turcos, aunque tenía cierta razón de ser. El mundo árabe estaba ocupado por el Imperio Otomano y todos viajaban con pasaporte turco, por lo tanto eran turcos y no árabes.

Los provenientes de la madre patria eran todos gallegos, así fuesen catalanes o de otras regiones. Es sabido que no vinieron ni reyes, príncipes, marqueses, condes o sabios. Vino mano de obra trabajadora.
Los cuentos que se hacen a costa de los «gallegos» son tantos como de argentinos se cuentan allá. El prototipo de inmigrante de la península fue Manolito en la historieta Mafalda. Bruto y duro de cabeza pero de espíritu inocente. Nada de espiritualidad y su objetivo estuvo siempre claro, trabajar duro y nada más. Posiblemente fue lo inculcado por su padre de hacer dinero para regresar a su país. Es en ese momento que pensamos si con los legisladores no pasa lo mismo.
En su gran mayoría, se ven reflejados en ese personaje tan querido que acarrea la canasta de pedidos y la escuela es un tormento. La diferencia es que Manolito era tierno, casi un bloque en bruto y los legisladores son brutos en bloque, pero también por separado. Su objetivo es hacer dinero y retirarse. Para eso trabajan menos que el presidente que lo hace 3 días a la semana. Ellos, 1 día solo. Duros de mollera, permiten que otros le digan qué hacer. Además del curriculum deberían presentar un certificado de buena conducta, porque de los clubes políticos mandan en las listas algunos prontuariados.
Veamos a quienes votaremos, son ya que son para aguantar 4 años corridos.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto
04/05/07

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