Desde hace un par de años, los laboratorios de agroquímicos han promovido un nuevo sistema de siembra, llamado, Siembra Cero. Si bien soy neófito en la materia, uso el sentido común. El mismo consiste en economizar horas/hombre, gas-oil, etc. evitando la arada y por lo tanto no rompiendo «el pie de arado». Eso es sustituido por venenos que se aplican diluyéndolos en agua, que matan yuyos, insectos (buenos y malos) y plagas.
Los venenos son transportados en bidones plásticos de 20 o más litros, que una vez vacíos, son abandonados en el campo. No son biodegradables y continúan contaminando el ambiente durante años. Los efectos tóxicos no son anulados destruyéndolos por el fuego.
(1).- que los envases de productos tóxicos, sean retornables obligatoriamente y/o tal vez por medio de una seña bien alta en efectivo el que ser devuelto al momento de la presentación. Si los laboratorios han creado un monstruo, les corresponde a ellos, desactivarlos. El productor y/o contratista deja a la intemperie los envases, foco de contaminación de campos y aguas.
(2).- Que el público prepare trabajos referentes a los beneficios o no de la utilización de la Siembra Cero, remitiendo sus trabajos al Concejo. Luego se evaluarían los pros y los contras por t‚únicos en la materia, antes de que crear un nuevo monstruo que nos ataque a todos.
Atentamente,
Juan R Bell
92061605
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Río Cuarto
29/08/06