Una de las trabas que el crecimiento de la economía argentina está encontrando es la falta de los recursos energéticos necesarios para su sostenimiento en el tiempo.
La aparición de estos inconvenientes es la manifestación de la deficiente planificación del crecimiento económico. Esta planificación debe contemplar no sólo la progresión “vegetativa” sino también procesos de recuperación y de crecimiento económico. En este sentido, se deben aplicar medidas que tiendan a hacer rentables las inversiones en el sector energético, para que los recursos de la economía fluyan en esa dirección. Incentivos fiscales y beneficios de de diverso tipo son las típicas políticas económicas para obtener estos resultados.
Precisamente este tipo de incentivos adoptó el Gobierno en los últimos tiempos, para procurar un mayor flujo de fondos al sector de los hidrocarburos. Sin embargo, los resultados de este tipo de medidas se ven en el mediano plazo, mientras que el desabastecimiento existente genera problemas en el inmediato plazo. Es por eso que las medidas de mediano plazo se deben aplicar conjuntamente con otras que tiendan a solucionar los problemas coyunturales, pero debe hacerse de manera tal que no perjudiquen el cumplimiento de los objetivos de fondo.
Medidas de este tipo son las que se llevarán adelante, apuntando al mercado externo, alcanzando acuerdos con las petroleras para que aumenten los niveles de importación de hidrocarburos. Esto aportaría cierto alivio a la creciente demanda de combustibles, aunque la diferencia de rentabilidad entre mercado interno y externo seguiría incentivando a las petroleras a sacar la producción del país.
F. Marco Targhetta
info@fundacionege.org
11/10/06