Un niño de 4 años que padece síndrome urémico hemolítico se recupera en un centro privado

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Es el quinto caso que esta clínica recibe en el año. El doctor Borghi precisó que el paciente está estable y se recupera favorablemente. En una semana recuperaría el alta.

Tomás, un niño de 4 años que padece síndrome urémico hemolítico se recupera en un centro privado tras una semana de internación.
Es el quinto caso que el Instituto Neonatológico recibe en el año. El doctor Sergio Borghi, médico de la entidad, precisó que el paciente está estable y se recupera favorablemente. “En una semana recuperaría el alta. Si bien tuvo todos los síntomas del Síndrome, se encuentra bien”, destacó.
Borghi precisó que el número de casos se mantiene estable en los últimos años y que, pese al final de la temporada de verano, “pueden seguir apareciendo chicos con la enfermedad”.
“Lamentablemente no podemos erradicar totalmente la enfermedad”, admitió.

El Síndrome

El Sindrome Uremico Hemolítico (SUH) es una enfermedad que se caracteriza por presentar destrucción de los glóbulos rojos, disminución de las plaquetas (una de las células principales de la coagulación) y alteración de la función de los riñones. Estas son las características principales aunque se trata de una enfermedad que afecta a la totalidad del organismo.
Afecta sobre todo a niños menores de 2 años y se presenta preferentemente en épocas de calor, aunque puede aparecer durante todo el año. En la Argentina, la incidencia es de 250 casos por año, aproximadamente. En Argentina, por ejemplo, es la principal causa de insuficiencia renal aguda que afecta a lactantes y niños.
Existen formas: típicas y atípicas; la más frecuente en latinoamérica -y por suerte la forma más benigna de las dos- es la típica, precedida por un cuadro de diarrea, muchas veces con sangre.
En el SUH típico el niño se infecta (por vía digestiva) principalmente con una bacteria llamada Escherichia Colli Enterohemorrágica, que produce una toxina (Verotoxina) que al ser liberada pone en marcha una serie de reacciones en el organismo que alteran los pequeños vasos sanguíneos, sobre todo los renales, pero también en otros órganos, como por ejemplo el cerebro (puede provocar convulsiones), intestino (perforación o invaginación) etc.

Signos y tratamiento

La mayoría de las veces el niño, tras 3 o 4 días de un cuadro de diarrea (en un principio semilíquida, después con sangre) comienza a presentar un aspecto de palidez marcada, irritabilidad de carácter y disminución del volumen de orina. A medida que esto avanza, el niño puede presentar:
• edema (hinchazón de cara y miembros);
• vómitos y falta de apetito,
• cambios en su conducta,
• hipertensión arterial.
En algunos casos se presentan convulsiones o trastornos de conciencia o cuadros abdominales dolorosos.
No existen antibióticos para tratar el SUH. El tratamiento es de sostén, se realiza diálisis peritoneal precoz, es decir que se reemplaza la función de los riñones en forma artificial hasta que éstos empiecen a funcionar nuevamente. Hay que destacar que hay casos en que este paso no se torna necesario.
Además se tratan los trastornos metabólicos que ocurren en la sangre (cambios en los minerales y acumulación de sustancias tóxicas); se intenta alimentar al niño en forma precoz (a veces con fórmulas lácteas especiales) porque necesitará las calorías para hacer frente a la enfermedad.

 

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