Es el primer preso del país que, a pesar de ser un hombre, convivió en el pabellón de mujeres. Tras nueve años de prisión asegura que no volverá a prostituirse
“A las cosas malas de mi vida las voy a intentar olvidar porque me hacen mucho daño”, asegura Marcela Tisera, nombre elegido por el transexual que recuperó su libertad después de haber estado nueve años preso.
El 30 de diciembre de 1998, Jorge Nicolás Tisera, -como denuncia su DNI- fue condenado a 13 años de prisión por homicidio calificado, por haber matado al dueño de una agencia de quiniela.
Ayer la justicia le otorgó la libertad condicional, con lo que Marcela se pudo reencontrar con su madre, la única que le permitió sostener con fuerza el deseo de salir de la cárcel, aunque asegura, que no será para retomar la vida que llevaba antes de quedar detenida.
“¿Volver a la prostitución? Eso ya fue, no quiero saber nada con eso”.
“Yo me prometí a mi misma no estar nunca más en la prostitución”, asegura
Durante su condena, Tisera se convirtió en el primer transexual de la Argentina, preso en un pabellón de mujeres, pese a que legalmente es un varón.
“Hubo mucha gente en la cárcel que me apoyó y me dio contención”, asegura Marcela.
En prisión, se ocupaba de tareas de limpieza y fue calificado con una conducta “ejemplar 10” y con un concepto “muy bueno 7”.
Ahora su primer desafío es el de conseguir un trabajo que lo aleje de la prostitución.
“Han quedado en darme una ayuda en la municipalidad para ponerme un kiosco.
Además en la cárcel aprendí muchas cosas como por ejemplo cocina, corte y confección y peluquería”.
El segundo paso será el de hacer que su documento coincida con lo que su cuerpo representa, para lo que planea viajar a Chile para un cambio de identidad.
“Es una pequeña operación que me tienen que hacer para que me puedan dar el documento nuevo”.
“Yo siempre fui Marcela Claudia Tisera, y quiero que eso diga el documento”, asegura.