ANTICIPO – La cifra es mayor que todos los hechos ocurridos en el 2006. Desde el Centro de Atención al Suicida admiten que la problemática va en crecimiento. Héctor Bonisconti, presidente de la entidad, destacó que la presencia del Casino en la ciudad “favorece el aumento del flagelo”.
El caso de un hombre de 40 años que lo perdió todo e intentó suicidarse en la ruta.
Por Pablo Callejón – Según datos proporcionados por el Centro de Atención al Suicida, en el primer trimestre del año hubo 3 casos de intentos de suicidios por la adicción al juego. El número es similar a todos los hechos que se produjeron en el 2006.
De las 3 personas que acudieron al Centro para pedir ayuda urgente, hubo dos hombres y una mujer. La edad promedio de quienes intentaron suicidiarse por padecer ludopatía va de los 30 a los 50 años.
Héctor Bonisconti, presidente del CAS, consideró como «muy preocupante la tendencia creciente de los casos» y destacó que «debe generarse una atención multidisciplinaria para evitar hechos fatales».
Bonisconti precisó que «la vida se pone en riesgo cuando surgen situaciones graves de endeudamiento».
«Los jugadores pierden dinero, viviendas, automóviles y hasta campos. Esta situación, sumada al endeudamiento que provoca la sensación de que se pueden recuperar los bienes y por eso siguen jugando, genera un contexto de desesperación», indicó.
El último de los casos involucró a un hombre de 40 años que perdió todo en el juego de cartas. Comenzó como trabajador en un lugar donde se realizaba actividad y terminó atrapado por el flagelo.
«Participaba de encuentros clandestinos y debido a la deuda que contrajo decidió suicidarse. Nos llamó desde la ruta donde pensaba tirarse debajo de las ruedas de un automóvil. Por suerte salvó su vida y buscó ayuda en nosotros. Finalmente fue derivado a un grupo de autoayuda», destacó Bonisconti.
Consultado sobre si la presencia del Casino y los slots favorecieron el aumento de la ludopatía, el titular del CAS manífestó que «quien padece la enfermedad tiene una personalidad adictiva, pero la presencia de los tragamonedas favorece el acceso a la adicción al juego».
Proyecto
Proyectan advertir en quinielas y el Casino que “Jugar compulsivamente es perjudicial para la salud”. La propuesta fue presentada hoy en el Concejo Deliberante por el edil oficialista Miguel Besso.
También solicitó a la secretaría de Desarrollo Humano la adopción de programas «tendientes a sensibilizar e informar a la comunidad las consecuencias perniciosas del juego compulsivo».
Besso ya había presentado un proyecto de “renegociación del convenio entre la Provincia y el Municipio por la duplicación del porcentaje de coparticipación sobre el beneficio obtenido por las slots, para aporte a las organizaciones sociales”.
La ludopatía
El juego patológico es el impulso irresistible al juego.
Este impulso va consumiendo progresivamente las energías psíquicas y físicas del jugador compulsivo.
La ludopatía o adicción al juego, es una enfermedad que se considera una adicción, igual al alcohol, drogas o tabaco. Ante esta patología, el jugador es impulsado por una incontrolable necesidad de jugar. El impulso persiste y avanza en intensidad y urgencia, sustrayendo cada vez la energía y recursos emocionales y materiales que la persona afectada dispone. Finalmente invade, socava y a menudo destruye todo lo que es significativo en la vida de la persona.
Síntomas
Sus finanzas rinden cada vez menos llevándolo a endeudarse cada vez más. Miente acerca de su asistencia a lugares de juego o su relación constante con él. Descuida a su familia, a su pareja, se aísla de su núcleo de amigos por estar preocupado en jugar.
Toma dinero prestado a escondidas o en secreto. Juega para recuperar el dinero. Sus apuestas aumentan con el fin de obtener la satisfacción deseada cuando juega. Juega buscando aliviar la presión causada por los incumplimientos sociales y financieros y las deudas crecientes. No obstante, no puede dejar de jugar luego de haberlo intentado en varias oportunidades y se sigue endeudando. Se genera un círculo vicioso del que solo, generalmente, no puede salir a pesar de haberlo intentado en varias oportunidades.