Es la Justicia que no escucha – Por Guillermo Geremía

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Un Juez en lo Civil y Comercial no aceptó la medida cautelar presentada por la madre de un niño para que la obra social haga efectiva la entrega de los audífonos que necesita con urgencia el pequeño de tres años.

“Atento  a no advertirse en forma clara la verosimilitud del derecho invocado y el peligro en la demora, no ha lugar”. En tres renglones de una fría determinación, el Juez en lo Civil y Comercial de Primera Nominación no aceptó la medida cautelar presentada por la madre de un niño para que la obra social haga efectiva la entrega de los audífonos que necesita con urgencia el pequeño de tres años.
La sorprendente decisión del Dr. José Antonio Peralta fue adoptada sin hablar con la madre y tampoco ver al niño. Joaquín es un varoncito que nació hace tres años con graves problemas genéticos. Sufre encefalopatía crónica, retraso psicomotor, hipoacúsico bilateral profundo y labio leporino bilateral.
Gabriela Carpinetti,, madre de Joaquín inició en febrero los trámites ante la obra social OSECAC para conseguir los audífonos digitales que necesita y así poder
iniciar el proceso de rehabilitación fundamental en esta etapa de crecimiento. Si bien la delegación local de la obra social realizó los trámites correspondientes, es la sede central quien no otorga el beneficio. Tras realizar varios trámites ante OSECAC, la madre recurrió a la Justicia Provincial para que enmendara la carencia que esta retardando de por vida la recuperación de Joaquín. “Lo que nosotros estábamos solicitando es una cautelar innovativa, es decir que se cambie un estado de hecho por la no prestación de la obra social de los audífonos y además de todo el tratamiento que no se está realizando completamente”, expresó el abogado Carlos Verdie. El representante legal de Gabriela Carpinetti explicó que apelaron a esta instancia judicial porque “hay un peligro, el niño no está recibiendo el adecuado tratamiento y por otro lado la ley 24901 establece que debe ser con el cien por ciento de cobertura”.
La familia de Joaquín vive en una vivienda sin terminar en barrio Alberdi y por sus medios no pueden acceder a los audífonos que tienen en el mercado un valor aproximado de tres mil dólares.
El Juez Peralta no debe haber tenido en cuenta que la demora en estos tipos de tratamientos en donde se pasa del lenguaje pre lingüístico al primer nivel lingüístico es notorio el perjuicio que provoca y la situación cambia radicalmente si se le proveen al niños las prótesis adecuada. Joaquín por ahora no tiene quien lo ampare, la Justicia cubre sus ojos con una venda para no dejarse engañar por las apariencias aunque si debe escuchar. El Juez Peralta parece carecer de ese sentido siendo que el verdadero problema de audición lo tiene un pequeño con capacidades diferentes de tan sólo 3 años.

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