David Nalbandian y el riocuartense Agustín Calleri, integrantes del equipo argentino de la copa Davis vencieron en vibrante partido a la dupla australiana integrada por Wayne Arthurs y Paúl Hanley por 6-4, 6-4 y7-5. Con este resultado y después de 25 años la Argentina vuelve a estar en la final del certamen.
Sobre la cancha de polvo de ladrillo del nuevo escenario levantado en Parque Roca
ambas duplas empezaron con toda la fuerza. En el segundo parcial la desconcentración inicial de los australianos fue aprovechada por Nalbandian-Calleri que con inteligencia se colocaron en una inmejorable posición y con el correr de los minutos afianzaban su juego y buscaban el pase a la victoria.
Buscando dar vuelta el resultado los visitantes arrancaron el tercer set dejando todo sobre el terreno y ello les permitió levantar el nivel pero no seria suficiente para doblegar la fuerza y velocidad de la dupla cordobesa que cada minuto se mostraban mas seguros de ganar el partido, apoyados por un estadio que explotaba al grito de “Argentina, Argentina”.
Finalmente después de mas de 2 horas de juego Calleri logro el quiebre y el unquillense cerro el partido y serie con un 3-0 que pone a la Argentina en la final de la Davis, ahora solo resta conocer cual será nuestro próximo rival.
Debieron pasar 25 años para que nuestro país se metiera en la final de la Copa Davis,
Hubo que esperar demasiado pero valió la pena por que allí esta un ríocuártense y en la ciudad se pudo apreciar en bares y otros lugares de concurrencia masiva que no fueron pocos los que estuvieron prendidos a la pantalla para sufrir o vibrar primero y festejar después el triunfo de quien ya se metió en la historia grande del tenis del país y el mundo. Agustín Calleri esta en su mejor momento y lo demuestran los últimos logros que están llevando cada vez a mas habitantes de esta su ciudad a seguir su juego y vibrar con cada golpe, mientras en los clubes cada vez es mayor el numero de interesados en practicar tenis intentando por que no seguir los pasos de un grande como Agustín Calleri.