No tienen hogar y subsisten con un aporte del estado. Aunque viven en piezas precarias, los propietarios les exigen el triple que en años anteriores y los obligan al desalojo. Preocupación en el municipio.
Por Pablo Callejón – El boom del precio de los alquileres y el nuevo contexto de la construcción, del que están totalmente excluidos, obliga a los sin techo al desalojo y la desesperación.
Se trata de decenas de familias indigentes que viven en pequeñas piezas, con letrinas en el exterior y deben pagar más de 300 pesos de alquiler, una cifra que se triplicó en relación a años anteriores.
La mayoría depende de un subsidio de Promoción Social y ante la negociación con los propietarios de las viviendas sufren las consecuencias del desalojo.
Marcela Fernández es una de las víctimas. Vive junto a sus 3 hijos en barrio Casasnovas desde hace un año. El municipio le otorga 200 pesos por mes para el alquiler de una pieza con baño exterior en un sector marginal de la ciudad, pero la propietaria de la vivienda quiere aumentar el costo y ya le envió una carta de desalojo.
“Estoy desesperada. La Municipalidad me sigue dando la plata pero no encuentro a donde ir. Me piden hasta 500 pesos y depósito, eso es imposible de pagar”, admitió.
El titular de Promoción Social, Guillermo Aon, precisó que solo desde la subsecretaria subsidian a 20 familias indigentes. El aporte a otros riocuartenses también llega a través del área de Viviendas y la secretaría de Gestión, a cargo de la relocalización de quienes residían en la ex estación de trenes.
“El municipio aporta fondos para los alquileres, que nunca llegan al 100 por ciento del monto para evitar que decaiga el esfuerzo de los beneficiarios. Pero, el problema no es solo de costos sino de falta de viviendas. Cuesta encontrar lugares por la alta demanda y esto también afecta a los sectores más necesitados”, indicó.