Se trata de la mediación escolar que se aplica en hechos de discriminación, golpizas o malos tratos psicológicos. Los chicos cuentan lo que hicieron y por que lo hicieron y el “negociador” acuerda una reparación por escrito.
Por Pablo Callejón – La Biblioteca se convierte por algunos minutos en el “Salón de la Paz”, como denominan al ámbito diseñado especialmente para negociar una salida al hecho de violencia que se produjo en el colegio. En el lugar, un docente intenta acordar con los protagonistas de situaciones de discriminación, violencia psicológica o de golpes de puños, una salida al conflicto. No hay jerarquías ni amonestaciones. De igual a igual se define un pleito que culminará en un contrato de convivencia.
La modalidad es cada vez más frecuente en los establecimientos educativos de la ciudad, fundamentalmente los marginales, donde se advierte una mayor utilización de las agresiones para resolver los conflictos. De todos modos, la violencia escolar no es una pertenencia de clases sociales, sino un mal en expansión, según precisan los docentes.
En el novedoso contexto de negociación los alumnos narran sus problemas y deciden como corregir sus acciones. Luego, plasman por escrito lo decidido y se comprometen con el cumplimiento. El docente, que se convierte momentáneamente en árbitro negociador del conflicto, escucha pero no juzga. Solo trata de llegar a una solución donde no habrá sanciones disciplinarias.
En el Ipem 27, ubicado en el barrio San José de Calasanz, la metodología se comenzó a instalar “no porque abunden los casos de violencia sino para que los chicos estén prevenidos”. Así lo señaló la profesora Lilian Quiroga, docente de Etica del establecimiento, quien precisó que la mediación puede ser un sistema “muy eficaz”.
“No hay nada impuesto. Los chicos eligen a los docentes que van a actuar de negociadores y en nuestro colegio ya se dieron a conocer los seleccionados. El negociador es neutral, no se posiciona como docente sino como árbitro que fija las pautas y verifica que se cumplan”, precisó.
Del proyecto también participan integrantes del Area de la Juventud municipal, quienes dictan talleres sobre los diversos tipos de violencia y sus consecuencias.
Los chicos que integran el programa de mediación y otros talleres de relaciones escolares luego son premiados con un viaje a Alta Gracia y Carlos Paz para profundizar una mejor convivencia.
“Muchos de los estudiantes no tendrán la posibilidad de un viaje de estudios y esta es una buena opción alternativa. Cada uno paga en cómodas cuotas los 100 pesos que cuesta la colonia y el viaje lo abonamos con rifas, fiestas juveniles, peñas o ferias de plato”, destacó Quiroga.
En expansión
La Defensoría del Pueblo y el Area de Educación del municipio también comenzaron a capacitar a docentes de dos establecimientos educativos de la ciudad en sistemas de mediación para resolver las agresiones en las aulas.
El mecanismo de negociación con problemáticas educativas ya se aplicó en la Defensoría del Pueblo, pero, ahora, se trasladará directamente al interior de las escuelas.
De la capacitación participarán 35 personas, entre docentes y directivos, que se formarán desde el próximo 9 junio en técnicas e instrumentación teórica para resolver la violencia en las aulas.