El Intendente y el Secretario de Desarrollo Humano criticaron la falta de insumos y médicos en el Hospital. El Ministro Chuit respondió que deben hacerse cargo de la gente derivada por los dispensarios.
El Intendente y el Secretario de Desarrollo Humano lanzaron sendas críticas a la Provincia por la falta de insumos y médicos en el Hospital San Antonio de Padua. Benigno Rins y Roberto Birri, respectivamente coincidieron en responsabilizar al gobierno de Córdoba por la situación de crisis en la salud pública. Birri manifestó que “de los tres eslabones del sistema de salud –privada, provincial y municipal- el nivel local es el que menos reclamos y demandas tiene” y agregó que “el Hospital San Antonio de Padua esta atravesando por algunas series de carencias de insumos y dificultades con sus recursos profesionales y creo que el sistema de salud pública municipal está en un muy buen momento”.
Por su parte el Intendente había aumentado la demanda de insumos que está entregando la Municipalidad porque nos los provee el Hospital.
La provincia respondió estos cuestionamiento a través del Ministro de Salud. “Al Hospital no le faltan insumos y la carencia de recursos humanos obedece a la saturación por tener que atender las patologías banales que deberían ser contenidas en los dispensarios que tienen un sistema horario de atención limitado”, manifestó Roberto Chuit.
El funcionario expresó que la provincia debió asignar un medica permanente en la guardia del Hospital para atender la gente que viene derivada de los centros asistenciales municipales. El Ministro dijo también que la demora en la designación de un nuevo Subsecretario de Salud “retrasa el sistema de integración en el que se avanzaba con Saracho”. Chuit expresó que hay motivaciones políticas en la afirmaciones de los funcionarios riocuartenses.
La discusión se enmarca en la demora del nombramiento del Subsecretario de Salud del Municipio. Hace 20 días se alejó del cargo el doctor Pedro Saracho y todavía no fue designado su reemplazante. Y también en los problemas repetidos por el estado permanente de protesta del equipo de salud de la provincia.
Distanciados por orígenes y pertenencias políticas diferentes, los responsables de la salud pública local y provincial –antes que repartir culpas- debieran unirse en el espanto de un sistema sanitario que nos duele a todos, sobre todo a quienes menos tienen.