Son 30.000 los residentes en nuestro pero que estan inscriptos para elegir al próximo gobernante oriental. Llegan por barco, avión y auto, y se volverán inmediatamente. Todos dudan que ese día se evite el balotaje.
Apenas después de las 7.30 apareció la trompa de uno de los micros de larga distancia por Plaza Cuba, en la entrada de la ciudad de Montevideo. Retrasada por los tiempos aduaneros, la caravana de diez micros llegaba tras cruzar por Fray Bentos. Casi ocho horas después de salir del playón de la cancha de Vélez, en Liniers, llegaban a la capital uruguaya. Con coches de una compañía que va hasta Bariloche, la primera avanzada de los 30.000 frenteamplistas que llegarán a votar desde la Argentina baja de a poco de los buses, desperezándose, tras una noche mal dormida. La siguiente postal es en la vereda, alejados apenas un par de pasos, con un mate en una mano, el termo en el otro y la bandera tricolor.
Con los uruguayos del extranjero no sucede como con otros países, que votan en su lugar de residencia. Para hacerlo tienen que haber estado empadronados y cruzar el río hasta sus distritos de origen. Por esto, y por lo peleada que está la elección, muchos miles vienen pensando en una corta estadía.
“Llegamos hoy (por ayer) y nos vamos el domingo a la hora que dan los resultados. Si hay festejo porque ganamos en primera (vuelta), nos lo perdemos. Igual, ojalá que así sea. Venir a votar es apoyar a todo lo que se hizo bien. Sabiendo que somos críticos de muchas cosas, pero lo que se hizo en estos nueve o diez años no lo podemos perder. Mejorar sí, volver atrás no, por favor”, explica María de León, maestra en una escuela delo barri porteño de Flores. Y todo ese mensaje lo suelta mientras desenreda el cordón de sus lentes que le quedaron entre los rulos desde la lectura de anoche.
Celia cumplió 35 años y hace 15 que vive en Villa Crespo. Tiene una nena de cinco años que nació en la Argentina. “Vengo porque tengo compromiso y no de compromiso”, dice. Suena raro el juego de palabras pero se entiende. Cuenta que en su familia el debate por el voto en el extranjero se puso áspero. “Mi tía está enojadísima con que venga a votar. Para ella no corresponde que lo que vivimos afuera decidamos quién gobierna acá. Me parece un poco cerrado, pero es su posición. ¿Que a quién vota? Al hijo de Lacalle. Ella sabrá lo que hace…”, se divierte con su propia respuesta.
El aluvión llega por aire, río y tierra según los bolsillos. El Frente Amplio que ya lleva dos mandatos consecutivos en el gobierno uruguayo, tiene a la mayoría de las simpatías en la Argentina.