El río y los efluentes cloacales

0
Compartir

Se reaviva la polémica luego que vecinos de localidades de la región presentaran un amparo ambiental para que cese el daño que se produce los efluentes cloacales crudos en el Río Cuarto.
Estudios de la Universidad Nacional de Río Cuarto advirtieron hace ya varios años sobre el impacto ambiental que los efluentes pueden causar al río, aguas abajo. En 2011 detectaron contaminación aun a 18 kilómetros del punto de vertido.
El informe consideró “una falacia” que el lecho del río constituya un dispositivo natural de filtración.
“El hecho de no tratar los efluentes urbanos lleva consigo la producción de una serie de enfermedades transmisibles por el agua, producidas por una variedad de organismos patógenos”, sostiene el estudio de César Migani y Raúl Trespi.
Los investigadores de la UNRC, que propician la reutilización de los efluentes, también señalaron que “es probable que se pueda terminar afectando a localidades ubicadas aguas abajo del río, como Reducción, Alejandro Roca, Los Cisnes y La Carlota”.
Entre las mayores ciudades de Córdoba, es dispar la eficiencia en el tratamiento de sus efluentes cloacales.
Córdoba capital tiene con redes al 52 por ciento de su población. Río Cuarto y Villa María llegan al 81; San Francisco, al 73, y Carlos Paz, apenas al 30 por ciento. En Alta Gracia está conectado el 47 por ciento de sus vecinos y en Bell Ville son el 72, según datos del último censo (2010). Las dos ciudades con mayor porcentaje de vecinos conectados a cloacas son Río Tercero (95 por ciento) y Marcos Juárez (85). Ambas tienen además plantas de tratamiento para toda su demanda.
A la vez, numerosos pueblos y ciudades tienen aún cero porcentaje de cobertura cloacal.
Donde no hay cloacas es un problema, porque se contaminan las napas de agua superiores. Donde hay, es un problema si los desechos terminan, sin tratar, en ríos o lagos.
La ciudad de Córdoba, con su planta de Bajo Grande habitualmente con deficiencias y “a media máquina”, aporta al Suquía un enorme caudal diario de aguas mal tratadas, que generan una elevada contaminación en el río. Esa planta trata los desechos cloacales de la mitad de los capitalinos. Los de la otra mitad terminan en el subsuelo y sus napas.
Carlos Paz, por tamaño, es otro punto crítico, ya que por la baja cobertura del servicio, la alta porción sin redes impacta en el lago San Roque.
Villa María y Bell Ville, ambas vecinas, arrojaron todos sus líquidos cloacales crudos al río Ctalamochita hasta hace un par de años, cuando una y otra habilitaron al fin sus plantas de tratamiento.

Fuentes UNRC y La Voz del Interior

facebook-logo Horacio Vivir Mejor

Commentarios

commentarios

Compartir

Dejar una respuesta