Se reproducen los hechos de homicidio ó agresiones con armas blancas y pistolas. Las peleas entre jóvenes revelan un contexto de marginalidad, desigualdad y violencia.
A Jorge Alexis Rodríguez lo mataron cuando regresaba de su casa. Un grupo de jóvenes, entre ellos adolescentes, lo sorprendieron en la madrugada del sábado y lo atacaron a golpes y machetazos. Luego, uno de los agresores tomó el arma y le efectuó dos disparos. A pesar de la asistencia de algunos vecinos, Jorge, un changarín de 28 años que trabajaba en la extracción de áridos, murió tras agonizar durante algunos segundos.
La Policía detuvo a 9 personas y con el paso de las horas, 5 de los sospechosos fueron liberados.
En un acto de venganza, amigos de la víctima habría quemado una precaria vivienda donde investigadores hallaron un arma que habría sido utilizada en el homicidio. Todo ocurrió en el barrio Las Delicias, un sector de familias humildes y necesidades urgentes, a metros del ostentoso country en el que reside el gobernador José Manuel De la Sota.
La familia anticipa una protesta en el puente que une Las Delicias con Alberdi y se prevén cortes al mediodía.
En los últimos tres años se multiciplaron los homicidios ó grescas con armas blancas y pistolas. Los muertos son pibes de sectores humildes que dirimen sus diferencias en la noche marginal y con la sangre caliente que derrama una bala. En el 2013, hubo otros 9 homicidios. Entre ellos, el de un remisero ultimado tras un hecho de asalto.
La violencia barrial es el mayor flagelo social de una ciudad que emerge injusta y desigual. Y es también el lugar donde chicos juegan a la muerte con una 22 que sigue recargada