Malnutrición: los hogares argentinos reemplazan proteínas por pan, papa y pollo
- Telediario Digital

- 25 ago
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Informe del IETSE alerta que la canasta básica del INDEC ya no refleja la dieta real de los argentinos.
Un nuevo estudio elaborado por el Instituto de Estadísticas de Almaceneros de Córdoba (IETSE), que abarcó 3.750 encuestas en los 24 distritos del país, reveló un panorama alarmante sobre la alimentación en la Argentina: los hogares reemplazan proteínas de calidad por hidratos de carbono y productos más baratos como pan, papa y pollo, debido al deterioro del poder adquisitivo.
“Los resultados son contundentes: hay una subalimentación en rubros claves como frutas, verduras, lácteos y carnes, mientras que se dispara el consumo de harinas, fideos y pan”, advirtió Germán Romero, director del IETSE, en diálogo con Telediario Federal.
El retroceso en la dieta argentina
Carne vacuna: considerada históricamente la base de la mesa argentina, cayó drásticamente en el consumo familiar. “Hoy la proteína subproductos: alitas, carcasas y
menudencias”, explicó Romero.
Lácteos: el consumo de leche fluida es 26% menor a lo recomendado, mientras que productos como yogures, quesos y mantecas “prácticamente desaparecieron de la dieta cotidiana”.
Frutas y verduras: la papa concentra más del 50% del consumo en este rubro, mientras que el resto de frutas y verduras —manzanas, peras, cítricos o acelga— apenas alcanzan entre el 1% y el 7% de participación.
Huevos: en contraste, su consumo creció un 51% por encima de lo recomendado. “Es uno de los pocos alimentos accesibles que aporta proteínas a bajo costo”, señaló Romero.
Consecuencias sanitarias a corto y largo plazo
Especialistas en nutrición consultados por el IETSE advierten que esta tendencia no solo implica déficit de nutrientes, vitaminas y minerales, sino que también incrementa el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, especialmente en niños y adolescentes.
“Hoy hablamos de una emergencia alimentaria encubierta: comer más no significa comer mejor”, enfatizó Romero.
Otro de los puntos críticos del informe es que la canasta básica alimentaria del INDEC ya no refleja la dieta real de los argentinos. Según Romero, “lo que mide el INDEC es una tabla nutricional teórica, pero las familias no la consumen. La realidad es que los hogares priorizan alimentos de bajo costo y bajo valor nutricional para poder llenar la mesa”.
En conclusión, el trabajo del IETSE expone una paradoja dolorosa: en un país productor de alimentos, cada vez más familias sienten que una porción de carne o un lácteo de calidad se ha convertido en un lujo.




