La previa más intensa del ascenso: Un barrio entero vive entre emoción y ansiedad

En cada cuadra del barrio Brasca se respira ilusión, ansiedad y una energía que contagia. Familias, jóvenes y comerciantes se preparan para vivir la final de Estudiantes con la esperanza de ver al Celeste ascender y festejar en la plaza.

En el barrio Brasca la previa del domingo ya empezó. Desde temprano, los vecinos cuentan que el clima es de pura revolución: puertas abiertas, charlas en las veredas y una mezcla intensa de emoción y nervios. La final que puede llevar a Estudiantes a Primera ya se vive como un acontecimiento histórico para toda la ciudad.

“Arrancan a las ocho de la mañana hasta la noche… revolucionaron todo el barrio”, cuenta uno de los vecinos, mientras se prepara para ver el partido en su casa junto a amigos.

La expectativa se palpita en cada conversación:

“Cuando salís a caminar, todos te hablan de lo mismo. Están todos esperando el domingo, a ver cómo se va a vivir y festejar en la plaza”, agrega.

En la pizzería del barrio —punto de encuentro habitual— también se respira pasión. “Acá nos juntamos siempre, hay lugar para todos. Hemos ido a la cancha, lo seguimos a todos lados. Muchos jugadores vivieron acá… eso te lleva a ser hincha”, recuerda otro vecino, entre risas y recuerdos.

El ambiente atraviesa generaciones.

“Las mujeres, los chicos, la gente mayor… todos están ilusionados”, coinciden. Y entre el entusiasmo aparece un punto que se repite en las charlas: la preocupación por el arbitraje y la tensión que puede generar.

“Se va a sufrir bastante. Esperemos que sea un buen partido”, expresan.

Aun así, en Brasca predomina una certeza compartida: pase lo que pase, el domingo será una fiesta. El barrio ya eligió cómo quiere vivir este momento: juntos, entre abrazos, pizzas, cánticos y una esperanza que hace días no descansa.