Investigan un bioproducto para combatir el tizón del maíz y reducir el uso de agroquímicos
- Telediario Digital

- 5 sept
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En la UNRC, un equipo de investigadores trabaja en el desarrollo de un producto biológico basado en la bacteria Bacillus velezensis para el control del tizón foliar del maíz, una de las enfermedades más graves que afectan a este cultivo clave en la región y en el país.

El proyecto está a cargo de la doctora en Ciencias Biológicas Aluminé Soledad Fessia (34), quien fue recientemente seleccionada para ingresar a la Carrera de Investigador Científico y Tecnológico del Conicet. Su investigación busca validar la efectividad del biocontrol en condiciones de campo, a partir del estudio de la diversidad y funcionalidad de comunidades microbianas en el suelo y en la planta.
“El objetivo es formular un bioproducto sustentable que pueda aplicarse en los lotes de maíz para reducir el impacto del hongo Exserohilum turcicum, causante del tizón, y disminuir el uso de agroquímicos”, explicó Fessia.

Una alternativa sustentable para el agro
El Bacillus velezensis es una bacteria con múltiples aplicaciones en la agricultura: actúa como agente de biocontrol contra patógenos y como promotor del crecimiento vegetal. Su uso podría marcar un cambio en las estrategias de manejo de enfermedades, ofreciendo a los productores una herramienta más sostenible y amigable con el ambiente.

El proyecto se enmarca en la labor del Laboratorio de Ecología Microbiana de la UNRC, dirigido por la doctora Andrea Nesci y el doctor Germán Barros, que desde hace más de dos décadas trabaja en el desarrollo de soluciones biológicas para la agricultura.
El desafío: llevar la investigación al campo
Si bien los estudios de biocontrol en laboratorio e invernadero suelen ser prometedores, los resultados no siempre se replican a campo. Por eso, el equipo busca lograr una formulación efectiva que garantice estabilidad y resultados en distintas condiciones productivas.
“El maíz es uno de los cultivos más importantes de Argentina. El desafío es aumentar la productividad sin incrementar el uso de agroquímicos, en un contexto de cambio climático y presión de enfermedades”, señaló la investigadora.
Con esta línea de trabajo, la universidad pública de Río Cuarto se posiciona como un actor clave en el desarrollo de tecnologías limpias para el agro, aportando innovación desde el laboratorio hacia el campo.




