Educadas y explotadas

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Un elemento clave para humanizar la sociedad es la liberación de la mujer del dominio patriarcal. Esa situación lleva ya seis mil años por eso la guerra de los sexos es tan antigua como las luchas sociales. Sin embargo, al decir de Erich Fromm sus formas son más complicadas porque “los hombres han necesitado a las mujeres no sólo como bestias de carga, sino también como madres, amantes y fuentes de placer. Las formas de la guerra de los sexos a menudo son francas y brutales, pero más a menudo ocultas”. En Argentina, la mujer se encuentra cosificada, animalizada y reducida por la imagen construida en forma permanente por los medios alrededor del culto al cuerpo, la belleza física y su reducción a un animal sexual (sacar la perra interior) que debe consumirse sirviendo a sementales masculinos.

 Eso por un lado. Sin embargo la realidad es contradictoria y tiene opuestos que polarizan la realidad. En tierra del fuego ya ha sido electa la primera Gobernadora mujer de la historia. Alguien que llegó a buscar oportunidades, luchó y sabe de educación, política de medicamentos e ideales nobles. Desde su pelea política tendrá ahora la gran oportunidad. Eso por supuesto, en un entorno nacional donde ya las mujeres sobresalen por sus propias sospechas de corrupción. Desde sobres con dinero en el baño, al despilfarro del dinero de otros, la conducta de altas funcionarias del Gobierno Kirchner le hace daño a la reivindicación de género que buscan las mujeres. Dan excusa y serán fácil presa de los alfiles del régimen patriarcal. ¿Como es la situación de la mujer en Río Cuarto? Hay tres características que sobresalen.
 1) En primer lugar un 30 % de los jefes de hogar de 18 a 60 años en nuestra ciudad son mujeres. Esto habla a las claras del protagonismo y de la autonomía creciente que van tomando.

 

 

 

2) Las mujeres son en general más educadas que los hombres. El índice de escolarización femenino sobre masculino así lo muestra. La excepción se da únicamente en los mayores de 13 años con primario incompleto donde cada 100 hombres, hay 86 mujeres en esa situación. En la medida que pocos años de escolarización se asocian con pobreza, esto muestra que la mayor desigualdad en contra de la mujer se da en los sectores menos favorecidos. La situación cambia a partir de que se logra el primario completo. En ese punto la situación es similar entre hombres y mujeres (102 mujeres contra 100 hombres)

 

 

A partir de allí las mujeres superan a los hombres. Para el grupo de mayores de 18 años que logran el segundario completo las mujeres son un 10 % más que los hombres y la diferencia se agranda notablemente al llegar al nivel universitario completo donde cada 100 hombres hay 173 mujeres que alcanzan ese nivel. Dado que la educación universitaria se asocia a los mayores ingresos de las personas (solamente el 5 % del quintil más bajo de ingresos llega a la universidad pública, donde alrededor de 3/4 partes de sus alumnos son de los dos quintiles de ingresos más elevados de la población) entonces queda claro que la liberación de la mujer se va dando en los estratos acomodados de la sociedad. ¿Pero están realmente liberadas por ser más educadas?
 
 3) Las mujeres jefes de hogar ganan en promedio 500 pesos menos que los hombres, o sea perciben un 26 % menos. Dicho de otra forma las mujeres trabajan en relación al salario de los hombres una semana gratis.

Esta es entonces la paradoja. Mientras las mujeres son más educadas, reciben menos ingresos que los hombres. Faltaría por supuesto determinar cual es la educación de los jefes de hogar. En la medida que las mujeres superan a los hombres en todos los niveles educativos salvo la primaria incompleta, entonces salvo que los jefes de hogar femeninos sean todas personas que no han terminada la primaria, la explicación debe buscarse en otro lado. Esa explicación está en la dominación de género.

 Finalmente una última reflexión. Gradualmente la sociedad se va emancipando de la sujeción a la autoridad interpersonal. Se va liberando también de los sentimientos de culpa por el sexo. Este ha dejado de ser pecaminoso e innombrable. Lo curioso, sin embargo, es que el dominio patriarcal usa los propios avances para seguir sometiendo. Ahora que el sexo ya no nos asusta, se lo usa para degradar a la mujer como un animal voraz. Ni siquiera las líderes piqueteras se han salvado de la trampa. Mientras tanto las mujeres trabajan gratis una parte del mes…

Roberto Tafani

 

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