Identidad, ideología y mandato Segunda entrega

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La Lic Elena Farah en esta segunda entrega sigue reflexionando sobre cómo la historia y cultura de cada institución educativa influye en su funcionamiento.

El mandato institucional funciona como un soporte de la identidad institucional y de su ideología, pauta el desempeño de los roles y el funcionamiento de la institución. La identidad institucional se configura a partir de la identificación de los miembros de la institución con sus antecesores, con los mandatos y modelos que ellos legaron. Al hablar de antecesores nos estamos refiriendo a aquellos que nos precedieron en los cargos, desde la creación de la institución. Es por eso ue destacamos la figura de los fundadores y de sus sucesores. Los primeros, como los protagonistas del origen, precursores de las obras, los que fijaron las metas y legaron a sus sucesores una herencia, un mandato que tiene que ver con el resguardo del modelo original. De este modo, el mandato adquiere la fuerza de un mandato paterno que alguien superior por su poder y su autoridad encomienda a toro, que aparece como el que es elegido, para que lo resguarde, lo conserve y asegure su cumplimiento.
Por un lado, el mandato contiene elementos que promueven la identificación de los sucesores con los fundadores. Por otro, elementos que promueven la discriminación. Los héroes, los mejores, los que saben, fueron ellos….y a ellos debemos parecernos, pero nunca seremos iguales… Es decir que los sucesores serán en parte como ellos, pero sólo en parte porque el poder fundante y el modelo a seguir lo impusieron los primeros. Según como funcionen los mecanismos de identificación y discriminación, encontramos desempeños de roles más o menos autónomos, más o menos discrecionales. En algunos casos, los sucesores funcionan como auténticos “dobles” de los fundadores. A modo de repetición y reafirmación del modelo original, del modelo que anhela ser eterno. Si bien los contenidos del mandato dan cuenta de lo que pasó y cómo, es decir que están centrados en el pasado, también se relacionan con el futuro. Esto explica teniendo en cuenta que el mandato, como decíamos anteriormente, conforma y da cuerpo a la ideología de la institución y ambos implican al futuro en un intento de garantizar su “eternidad” y de contrarrestar el monto de angustia que surge ante la idea de la muerte, de la desaparición. Este es uno de los contenidos de lo que no se dice y se calla: el secreto, el “no dicho” institucional.(10).Siguiendo a Loureau, R. Podemos decir que:
 “Una fundación revela para siempre una proyección de nuestra voluntad instintiva de no morir del todo” (11)
 “Si la institución el modelo a seguir está centrado únicamente en los que se llevó a cabo en el pasado pretendiéndose su continuidad y fidelidad, podemos hablar de ideologías retroversivas, cuya lógica de funcionamiento intenta recuperar un estado ideal ya logrado.(Ardorno, J. 1981).”En el caso del sujeto, la ideología del Súper Yo es la que perpetúa el pasado y funciona como portadora de la tradición”.(Grimberg,L. 1971)
 Cuando el modelo está centrado en el presente con vistas al futuro, con una adecuada articulación con el pasado, en el sentido delo que anteriormente llamábamos revisarlo, pensarlo, contemplarlo a la luz del presente, es decir desde hoy mirar el ayer, podemos hablar de ideologías pro-versivas, inspiradas en la creación y por lo tanto centradas en una lógica que indica que el ideal es un estado a alcanzar. “En este caso en el sujeto hablaríamos de ideologías del ideal del Yo”(Grimberg, L. 1971). La ideología dominante en la escuela de hoy, si bien toma varios elementos del pasado, de sus mandatos fundacionales, en términos de recuperar la calidad, garantizar la igualdad, etc., también, y en relación al discurso político imperante, destaca y a veces hasta enaltece la ideología de la eficacia. A medida que se producen cambios y modificaciones externas en el discurso político-social, las mismas influyen en el funcionamiento escolar provocando reacomodaciones en la articulación entre el afuera y el adentro de la institución. Desde el discurso de la eficacia, la tradición, el pasado van perdiendo su cualidad de sagrados en tanto ya no son tan útiles, ya no garantizan óptimos niveles de éxitos y logro. Así queda planteada una situación absolutamente paradojal donde los distintos actores institucionales reciben mensajes contrapuestos, a tal punto que obedecer uno implica desobedecer al otro. Esto es, mientras el mensaje que viene desde la sociedad indica que debe garantizarse el logro de los objetivos que la escuela se propone asegurando altos niveles de calidad para todos, considerando los cambios que desde los organismos centrales se proponen, etc..El mensaje que tiene que ver con la historia y el mandato institucional recuerda permanentemente que hay un modelo que debe mantenerse, hay una tradición que no puede dejarse de lado. De alguna manera estos mensajes paradojales tienen un antecedente en los mandatos de la fundación o mandatos fundacionales que se caracterizan justamente por dar cuenta de una paradoja constitutiva.(12).

Lic. Elena M. T. Farah
elenafarah78@hotmail.com
DNI 6.396.189
Lic. En Administración y Gestión de la Educación
Egresada de Univ. Nacional de Gral. San Martin (BA)

18/05/06

 

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