Vientos de más de 200 kilómetros por hora comenzaron a azotar al estado australiano de Queensland, que se prepara para recibir al ciclón «Yasi», que se prevé que será uno de los peores en la historia del país.
El temporal comenzó a golpear el norte de Queensland, donde los fuertes vientos dañaron casas, arrasaron una central metereológica marina, destruyeron líneas eléctricas y derribaron árboles, informó la cadena británica BBC en su edición digital.
El alcalde de Innisfail, Bill Shannon, dijo al diario australiano Herald Sun que «ya había visto arrancado el techo de un edificio cerca de la cámara del concilio, donde se refugian 500 personas» y agregó que el «el ojo del ciclón está a cinco horas de distancia y ya está causando daños, por lo que es uy preocupante».
La premier de Queensland, Anna Bligh, advirtió que «las personas deben permanecer en sus hogares y prepararse para convertirse en un primer nivel de respuesta en casos de lesiones, ya que los servicios de emergencia no podrían ser capaces de responder a los residentes durante el pico de los vientos».»Nadie debe salir de casa ahora, el tiempo para el movimiento y la evacuación ha pasado», alertó la funcionaria, al señalar que se aguarda «ver una aceleración dramática de las ráfagas de viento durante las próximas 24 horas».
Asimismo, informó que «9.500 personas estaban ya en 20 centros de evacuación, sobre todo en Cairns, Townsville y Innisfail».
Ian Stweart, coordinador de gestión de desastres del estado, anunció que «la Marina se prepara para llevar sus barcos a la costa para que las autoridades puedan utilizarlos como bases si es necesario, como en la respuesta al tsunami en Indonesia».
La primer ministro, Julia Gillard, envió su mensaje de apoyo a los damnificados por la tormenta, al expresar que «en las primeras horas de la destrucción todos en Australia vamos a estar pensando en ellos».
Consideró que el huracán «es una poderosa fuerza natural, pero el coraje del pueblo del extremo norte de Queensland es una fuerza aún más fuerte».