Un conductor fue víctima de un robo inusual y preocupante en plena tarde, cuando se desplazaba por una colectora. Según relató su pareja, Alejandra Targhetta, el hombre detuvo la marcha al ver que una pelota de fútbol se cruzaba en su camino. Instantes después, dos encapuchados salieron desde un baldío y lo asaltaron.
El ataque fue rápido y violento. Los delincuentes —que también parecían menores de edad— se llevaron todas las pertenencias que había en el auto.
Una de las hipótesis que investiga la Policía es que los niños que jugaban en las inmediaciones fueron utilizados como señuelo para frenar el vehículo y facilitar el asalto.
El hecho reabre el debate sobre el uso de menores en delitos y la inseguridad en zonas urbanas abiertas como colectoras y baldíos.